En los planes de Mónica Vergara con la selección mexicana femenil está borrado el nombre de Charlyn Corral. No hay ningún veto y ningún conflicto, asegura, pero la delantera del Pachuca no está contemplada en la lista de las 23 que jugarán el Campeonato W de la Concacaf –donde se reparten los boletos para el Mundial de Nueva Zelanda 2023 y los Juegos Olímpicos de París 2024– ni tampoco en futuras convocatorias.

Con el respaldo de Yon de Luisa, presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Vergara argumenta que las jugadoras que compiten con ella no sólo tienen estos meses siendo constantes, sino cinco años demostrando su nivel en la Liga. Charlyn cuenta con una experiencia impresionante, es un ejemplo a seguir, pero no puedo hablar del pasado. La prioridad ahora es el equipo.

A la seleccionadora nacional no le causan problema los dichos en redes sociales de la ex goleadora del Atlético de Madrid, quien en días recientes dijo entender las razones de su ausencia: Esta historia ya me la sé. Lo que no se ve no se juzga (una vez más). Su postura, reitera, es respetar el proceso de otras guerreras que se ajustan a su modelo de juego y que están dispuestas a pelear por el mismo objetivo. No nos acostumbremos a que, cuando algo no sale como queremos, hay un conflicto, apunta.

Lo cierto es que Charlyn no volvió a formar parte del Tri Femenil desde que en 2016 expuso sus desencuentros con el entonces estratega Leonardo Cuéllar, a quien Vergara considera uno de sus mentores. Son divinos problemas porque tenemos una generación extraordinaria, pero las que no están en la lista de 60 no están consideradas para este proceso.

El torneo premundialista, en el que México tiene como rivales a Jamaica, Haití y Estados Unidos, se llevará a cabo del 4 al 18 de julio en los estadios Universitario y BBVA, en la ciudad de Monterrey. La elección de dicha sede –explica De Luisa– tiene que ver con las garantías que ofrece la afición regiomontana para que no se presenten actos discriminatorios durante los partidos.

En Monterrey se ha hecho una gran labor. Por la propia afición y las campañas a nivel nacional se ha logrado entender que con este tipo de actitudes no llegamos a ningún lado, expone el directivo, cuya intención, después de la Copa del Mundo varonil de 2026, es contender por organizar un Mundial femenil en México en conjunto con Estados Unidos u otros países de la región.

No se haría sólo en el país debido a la falta de campos de entrenamiento, requisito indispensable para la FIFA, además de otra serie de condiciones relacionadas con los estadios. Respecto a la brecha salarial que existe entre la Liga MX y el futbol femenil, De Luisa señala que no podemos pedir un desarrollo económico si no hay un gran espectáculo y que, por tanto, hace falta esperar algunos años para que las condiciones sean mejores con el ingreso de nuevos patrocinadores.