Un bebé reposa sobre una sábana blanca y un pañal de tela, caseros, con arrugas como su piel. Sus ojos y puños están cerrados.2.. ¿Sonríe? ¿Sabrá ya qué es eso? El cordón umbilical forma un corazón, sigue enlazado a una placenta extendida, de apariencia rugosa, rodeada por flores. En otra imagen, cuatro mujeres cobijan a otra desnuda, con su bebé hecho ovillo, recién salido de su vagina. Estas fotografías, por sí solas narran, actos íntimos, pero colectivos, emocionales, de humanidad.
En el proceso del parto hay fluidos, pieles, sensaciones, tiempos, aromas y sonidos... tantas mujeres viviendo de formas tan distintas este proceso como diversos son sus propios contextos y narrativas.
Greta Rico, fotógrafa documental, periodista y educadora, lleva cinco años trabajando con Parteras Urbanas, un proyecto que se volvió una plataforma educativa, así como de representación y difusión de las mujeres que se dedican a esta actividad.
El Museo Archivo de la Fotografía abrió al público “Parteras Urbanas. Entre patrimonio y colonialidad” el 20 de mayo de 2022. Esta exposición reúne 58 fotos en blanco y negro que ella realizó durante la pandemia de COVID- 19, en co participación con estas especialistas de la salud femenina.
La apuesta política de Greta como feminista es accionar a través de su labor, hay intencionalidad y gestión. En este caso, busca que las personas conozcamos cómo trabajan las parteras y, que a la vez, las mujeres tengamos nociones realistas de cómo funciona nuestro cuerpo y qué sucede cuando se da a luz: “conocerás real y genuinamente cómo es un parto atendido por ellas, respetando el cuerpo y los procesos fisiológicos de las mujeres. Son imágenes que no conocemos”.
Lograr rehistorizar las representaciones sociales y culturales que hay de manera general sobre el parto es fundamental para ella pues opina que hay un guión escrito en películas, novelas (de la televisión y la literatura), en el arte y más, donde se plasman tres momentos: cuando la fuente se rompe, la emergencia, desesperación y los gritos dolorosos de las mujeres, y al final, bebés tranquilos en brazos de sus madres, lo cual es ficticio y sostiene prejuicios, estereotipos y desinformación.
Greta explica que, en el contexto mexicano y a partir de políticas públicas, instituciones de salud y el gobierno se han encargado, a partir de una agenda política, a erradicar a las parteras y discriminarlas: “las personas no sabemos nada de cómo trabajan, mucho menos en una ciudad tan urbanizada, caótica y capitalista como la Ciudad de México, que cabe mencionar es una de las más grandes de Latinoamérica”.
“Parteras tradicionales: declaración conjunta OMS/FNUAP/UNICEF” fue un documento que en 1993 plasmó más sobre la función de las parteras tradicionales relacionado con la búsqueda de reducción de mortalidad materna e infantil, así como de sus alcances y limitantes.
La creadora analiza, de manera crítica y con perspectiva de género, los cruces de colonialidad y poder que existen sobre la salud materna y cómo se han desvalorizado y minimizado las prácticas de estas mujeres respecto a las de las y los médicos gineco obstetras (en una dicotomía entre saberes profesionalizados- oficios):
“Ellas son las expertas, histórica, ancestral y tradicionalmente, en el ejercicio de la partería. Son depositarias de conocimientos y saberes especializados en los procesos fisiológicos femeninos, que a su vez han vivido colonización, no solo en términos hacia el cuerpo de las mujeres sino en un tema sistémico. Los varones inventaron la ginecobstetricia y veían nuestro cuerpo como algo enfermo, roto, que se tenía que arreglar (...)”.
Otro aspecto importante que Greta toma en cuenta es lo necesario que es derribar la idea exotizada de que las únicas parteras que valen, que la única práctica válida, es la tradicional depositada en los pueblos indígenas y rurales: “Esto es un error pues hay parteras de todos saberes, tamaños, colores, lenguas y orígenes”. Es una de las tantas formas de resistencia cotidiana de las mujeres.
En su perspectiva, hay que dejar de lado esas nociones y etiquetas coloniales ya el modelo bajo el que se rigen estas expertas es poner al centro a las mujeres y sus decisiones, sin infantilizarlas ni ejercer otras violencias más, pues las adultas somos capaces de tomar decisiones: “no estamos enfermas, solo embarazadas, y somos capaces de decidir qué queremos”.
Greta comparte que ante la incertidumbre de la situación sanitaria en los hospitales durante el momento más álgido de la crisis sanitaria por el coronavirus, varias decidieron parir en casa por miedo a los altos índices de violencia obstétrica o a estar solas durante el parto. En CDMX existe una sola casa de partería y 12 parteras capacitadas para atender nacimientos en casa lo cual es insuficiente.
También destaca el tema económico, las personas no quieren pagar justamente lo que hacen, que implica más que solo el parto pues ellas revisan lactancia, revisiones médicas post parto y atención emocional e integral tanto para la mujer como para su familia: “las parteras pagan renta, les gusta comer tres veces al día, necesitan un sustento económico para sostener sus casas. Si hacemos cuentas marxistas, el tiempo que invierten casi lo regalan”.
Otra problemática que Greta expone es, que a partir de 2020, se alcanzó un nivel histórico en la tasa de cesáreas: uno de cada dos nacimientos en México es por esta vía y esto provoca un exceso de intervenciones innecesarias. En su opinión, seguimos teniendo una visión malinchista de la partería en nuestro país mientras que en otros ya está aceptada como parte del sistema de salud.
Para esta fotógrafa, su material es puente y herramienta para que escuchemos a las parteras que tienen su propia voz y son las protagonistas de sus historias. La contribución que ella detecta desde su quehacer visual y periodístico es la amplificación de esos discursos y la generación espacios de diálogo que conecten con las personas.
Parteras urbanas no solo es una expo, sino un libro y sobre todo, actividades educativas sobre derechos sexuales y reproductivos, una respuesta a tantas brechas de género, económicas y sociales: “He descubierto mucho caminando junto con las parteras por el tipo de metodologías con las cuales trabajo como el diálogo con ellas, qué partes de la historia son importantes, qué partes quieren que la gente entienda, se de cuenta y conozca porque las discriminadas y criminalizadas son ellas”.
Greta es integrante del programa Jóvenes Creadores del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales (SACPC) de la Secretaría de Cultura y del Comité Asesor de Women Photograph, organización internacional sin fines de lucro que promueve el trabajo de periodistas visuales mujeres y personas no binarias. De manera alterna, esta muestra es una lucha porque más fotógrafas tengan espacios y politicen aquello que es urgente y significante. •