Miércoles 22 de septiembre de 2021, p. 5
Guadalajara, Jal., Es jornalero en las montañas de la Sierra Madre del Sur, en Guerrero, en uno de los municipios más pobres y recónditos del país, pero Florentino Solano se dio el tiempo para pagar una deuda con su pueblo, Metlatónoc, y escribir la crónica La danza de las balas, que este martes ganó la novena edición del Premio de Literaturas Indígenas de América (PLIA).
Solano, poeta, músico y narrador ñuu savi (mixteco o del pueblo de la lluvia
), se impuso a otras 33 crónicas que en 27 lenguas originarias de Argentina, Perú, Guatemala y México llegaron al certamen más importante de su tipo en el continente y cuya premiación se realiza en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara; en esta edición, el próximo 3 de diciembre.
¿Cómo no escribir sobre la violencia que sufren a diario niños, mujeres, las múltiples violencias que padecemos? Es una deuda con mi pueblo, un tema que tenía pendiente, como otros muchos, pero éste me parece importante porque fue una situación que terminó parcialmente con esa violencia militar que la región sufrió durante décadas, desde la búsqueda de Genaro Vázquez, Lucio Cabañas, desde que se reventó la pólvora en Chiapas en 1994, con las incursiones de soldados para tratar de apaciguar la Montaña
, expresó Solano luego de que el comité organizador anunció su triunfo.
Su crónica –el género literario que este año fue convocado por el PLIA– reseña la violencia que vivió Metlatónoc el 25 de septiembre de 2000, sumergido entonces por la reciente matanza de Aguas Blancas y con la presión no sólo de la guerrilla y el Ejército, sino del narcotráfico, que se apoderó de la región para el cultivo de amapola.
Es una historia que ha estado ahí en la memoria de nuestro pueblo, que no había sido contada por los medios y que tenía que escribirla
, sostuvo el escritor.
Florentino Solano, al participar en la ceremonia en la que se dio a conocer al ganador, realizada de forma híbrida en la sala de prensa de la Universidad de Guadalajara –convocante principal del premio– y vía remota, agradeció en primer término a su madre y a su padre.
Ellos enterraron mi ombligo al pie de las montañas de la región ñuu savi, eso me ata eternamente a mi pueblo, a mi cultura, a mis ancestros y también por haberme enseñado mi lengua, que es uno de los orgullos y elementos que más aprecio de mi identidad
, añadió.
Recordó que las comunidades originarias siempre han sufrido violencias de todo tipo y en el renglón educativo se trató durante mucho tiempo de eliminar las lenguas originales en el aula.
Cuando entré a la secundaria nos prohibían hablar nuestra lengua materna y tuvimos que aprender español. No había libros en lenguas originarias y tuve que empezar a leer en español. En la preparatoria empiezo a trabajar algunos textos, inicialmente en español, ya en la universidad me enfoqué en revisar los primeros trabajos que se estaban formando en el alfabeto de mi lengua y a partir de ahí comencé a escribir en mi lengua.
Al anuncio del ganador del PLIA 2021 acudió Juan Manuel Durán Juárez, rector del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la UdeG, quien destacó que actividades como ésta refrendan los esfuerzos de la casa de estudio y del resto de convocantes para apoyar a los pueblos originarios.
Marisol Schulz Manaut, directora de la FIL, destacó que en sus ocho ediciones, el PLIA ha permitido descubrir el valor y la trascendencia que existe en la cosmovisión de los pueblos originarios y para la FIL siempre será un privilegio brindar el reconocimiento a las lenguas originarias y su literatura
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Luz María Lepe, quien junto con Elisa León y Rodrigo de la Mora integró el jurado, señaló que se decidió a favor de la obra de Solano de forma unánime, la cual narra de manera precisa un suceso público desde un testigo principal
.