En 12 ramas industriales se ha superado el nivel de febrero de 2020
Martes 20 de abril de 2021, p. 15
La industria manufacturera operó en febrero a 76.8 por ciento de su capacidad, por debajo de lo registrado previo a que el brote de Covid-19 se declarara pandemia, muestra el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La baja general de 2.8 puntos respecto de febrero del año pasado –antes del confinamiento que entró en vigor a partir de marzo– en la capacidad de planta utilizada por el sector manufacturero resulta de que en ocho industrias no se ha regresado a los espacios de producción al mismo nivel que en el mes comparable de 2020, en 12 donde se ha superado y en una está prácticamente igual.
La manufactura aportó el año pasado 18.6 de cada 100 pesos del producto interno bruto.
De acuerdo con el Inegi, la fabricación de prendas de vestir es la industria que más rezago acumula luego de la pandemia. En febrero las plantas en este sector operaron a 57.2 por ciento de su capacidad, 13.4 por ciento debajo del mismo mes de 2020.
También destaca la industria química que operó a 62.3 por ciento en febrero pasado, 6 por ciento menor que un año antes; y el curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos que lo hizo a 64.4 por ciento, 7 por ciento debajo de 2020.
Por el contrario, la fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir, operó a 80.5 por ciento, 7.6 por ciento por arriba del año pasado; las maquilas de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía eléctrica lo hicieron en 87.8 por ciento, 5.6 por ciento más que en 2020.
De acuerdo con el Inegi, en febrero de 2021 se estima que el personal ocupado en la industria manufacturera aún es 0.4 por ciento menor que en el mismo mes del año pasado, las horas trabajadas 1.3 por ciento menos, mientras que las remuneraciones medias reales aumentaron 1.5 por ciento; esto en cifras desestacionalizadas.
Respecto a enero, estos indicadores se invierten. El personal ocupado aumentó 0.1 por ciento, dada una mayor contratación de empleados en vez de obreros; las horas trabajadas también crecieron 0.4 por ciento y las remuneraciones medias cayeron 0.5 por ciento, golpeadas sobre todo por una baja de 1.5 por ciento en las prestaciones sociales.