C allar, es imposible, detenernos no es opción, la aplicación de los conocimientos es la fortaleza que nos mantendrá libres, fuertes, con un rumbo más próspero para nuestra generación y las venideras. Es la expresión de hombres y mujeres de Sánchez Magallanes, quienes representan el honor, la paz, el trabajo digno, el bien hacer.
Ellos son una voz en las mareas, fuerza en la tierra y voz orgullosa de sus tradiciones; representamos a varias generaciones de pescadores y las tradiciones de nuestro pueblo, queremos un rumbo al que estamos seguros que será próspero para todos, comentan Isaí Hernández López y Nardo González Copil, quienes son representantes de las asociaciones pesqueras que se encuentran en el puerto pesquero de Villa Coronel Andrés Sánchez Magallanes, localizado a unos 137 kilómetros de Villahermosa, y a 87 kilómetros de la cabecera municipal de Cárdenas.
Vivimos en los límites de la frontera sur de México, en una comunidad en que la extracción de petróleo es abundante, nos sentimos vulnerables ante el progreso de nuestro país, porque sin tomarnos en cuenta se apoderan de los espacios donde por generaciones hemos pescado, para el sustento de nuestras familias, expresan.
La realidad es áspera, unos cuantos compañeros, con herramientas limitadas, que solo pueden obtener de las aguas muy poca cosecha. La devastación de los mares es muy clara y por eso recurrimos a la manifestación, para que se nos reconozca, somos sociedades pesqueras constituidas legalmente, que cumplen con documentación y con las obligaciones fiscales que pide la autoridad.
Las actividades de las empresas petroleras no se detienen, a lo cual se suma el retraso en la respuesta por parte del gobierno. Nardo enfatiza: ¡Ya no queremos folios, ni palabras!, el gobierno no se da cuenta de lo que estamos viviendo.
Isaí, con tono sencillo y voz profunda, agrega:
Queremos encontrar el camino e involucrar a las entidades y al gobierno, para que las personas se sumen para el bien de nuestra comunidad debemos encontrar los medios en los que la ciencia, la tecnología, el gobierno y la sociedad, nos den un rumbo con un mejor porvenir.
La comunidad de Sánchez Magallanes es una muestra de que se requiere la participación de varios actores para que la pesca salga adelante y tenga un mejor futuro. Las aguas mexicanas pueden proveer de cosechas de calidad, de alimentos libres de contaminantes, como el ostión, mero, huachinango, sierras, que se consumen en todo el mundo y tienen un sabor excepcional.
No permitamos que prácticas monopólicas les quiten a los pescadores de Sánchez Magallanes la oportunidad de vivir en prosperidad y armonía. Tenemos una corresponsabilidad por ser mexicanos, consumamos los frutos del mar mexicano, limpios y de calidad. ¡No le demos la espalda a estos agrotitanes! •