osiblemente los lectores de La Jornada conocen el nuevo billete de mil pesos emitido por el Banco de México. Si no es así, les informo que ostenta en el anverso la imagen de los héroes Francisco I. Madero, Hermila Galindo y Carmen Serdán. En el reverso, un diseño del ecosistema de selvas húmedas, el jaguar, la ceiba y el zapote, así como la ciudad maya de Calakmul, en Campeche, patrimonio mundial.

La aparición de este billete donde se destaca la enorme riqueza natural y cultural del sureste de México, coincide con los 30 años de Naturalia, una de las pocas revistas que existen en español sobre biodiversidad. Junto con La Jornada Ecológica, que se publica desde 1991, divulga los problemas que trae la destrucción del ambiente en México y el mundo.

Para celebrar sus tres décadas, Naturalia pidió a seis destacados especialistas que escribieran un texto para publicarlo en exclusiva en La Jornada Ecológica. Se trata de Julia Carabias, Luis Fueyo Mac Donald, Rodrigo A. Medellín, Óscar Moctezuma Orozco, Gerardo Carreón Arroyo y Gerardo Ceballos. Ofrezco un apretado resumen de lo que escribieron.

Gerardo Ceballos, destacado defensor del jaguar, recuerda que en 1982 se logró reintroducir el cóndor de California. Éste y cientos de miles de especies, 40 por ciento de los vertebrados y decenas de millones de poblaciones están en peligro de extinción. En México, el manatí, el tapir, el jaguar, la guacamaya roja, el jabirú, el águila arpía, la tortuga lora, el lagarto enchaquirado, el ajolote de Pátzcuaro y el pescado blanco. Las actividades agrícolas, ganaderas y la urbanización destruyeron ya más de 65 por ciento de los ambientes naturales del planeta: selvas tropicales, bosques templados, manglares y arrecifes de coral. A ellos se suma el cambio climático.

Fueyo Mac Donald describe el esfuerzo de México y el mundo por aprobar, especialmente a partir de la Cumbre de Río celebrada en 1992, políticas ambientales públicas modernas. Destaca la creación de áreas naturales protegidas en México. Hoy son 182 y cubren casi 91 millones de hectáreas de ecosistemas terrestres y marinos. Además, las áreas que conserva la sociedad civil suman más de 508 mil hectáreas.

Por su parte, Rodrigo A. Medellín, advierte cómo la actual pandemia es una oportunidad para repensar las formas de vivir y de relacionarnos con el planeta; de trabajar todos juntos, desde los niños de kínder a los senadores, y desde el presidente (que ignora la relevancia de la biodiversidad para el futuro de México) hasta el más humilde vendedor de verduras en la calle. Rodrigo es un notable defensor de los murciélagos, fundamentales para la biodiversidad y el desarrollo del ser humano. Hoy son denostados, al igual que los pangolines, al atribuirles el origen de la pandemia. Ni ellos ni otras especies la tienen. Vendrán otras, asegura, por culpa del ser humano.

Óscar Moctezuma, fundador de Naturalia, precisa que una de cada 10 especies del planeta se encuentra en México. Sin embargo, somos el país que más especies tiene en peligro de extinción. Y cuenta cómo las organizaciones sociales lograron recuperar algunas amenazadas: el castor, el lobo mexicano, el perrito de las praderas y el jaguar. Gerardo Carreón Arroyo describe los éxitos alcanzados en Sonora y Chihuahua con la reintroducción del lobo y conservar los ecosistemas donde viven el oso, el puma, el venado cola blanca; pecaríes, coatíes, liebres, el guajolote silvestre. Sus hábitats se ven reducidos por la expansión ganadera y urbana y por el muro fronterizo.

Finalmente, la maestra Julia Carabias resume la historia de la política ambiental moderna del país las últimas tres décadas, y cómo la participación de la sociedad ha sido fundamental en muchos de los logros obtenidos. Por ello insiste en la necesidad de sumar los esfuerzos oficiales con los de la población. Y más cuando, dice, está probado que el sector público no puede por sí solo enfrentar y resolver los problemas. Motivos tiene de sobra para afirmar lo anterior, pues fue la primera secretaria del ramo en el sexenio del presidente Ernesto Zedillo. Refiere, además, el dramático descenso del apoyo presupuestal a dicho sector a partir de 2015.

Estamos en semáforo rojo por la pandemia. Igual le ocurre al medio ambiente. Conozca buena parte de los motivos leyendo en https://ecologica.jornada.com.mx/ los trabajos de los seis especialistas mencionados. Y súmese al esfuerzo de las organizaciones civiles que buscan evitar más daños a la ­naturaleza.