El coordinador de Morena, Ricardo Monreal, advirtió que es absolutamente falso que ministros de la Suprema Corte y gobernadores hayan presionado a senadores para que aprobaran la reforma judicial, como sostuvieron durante el debate de esa modificación constitucional legisladores de MC, algunos del PAN y el morenista Germán Martínez Cázares.

No tengo conocimiento que algún ministro haya presionado o siquiera hablado con algún legislador, pero si hubiera habido alguna presión, lo más digno es que digan quién o quiénes lo hicieron, recalcó.

Cuestionado en torno a esos señalamientos que formularon durante la sesión de este viernes, el panista Damián Zepeda y el coordinador de MC, Dante Delgado, entre otros, en el que aludieron cabildeos indebidos hasta de gobernadores e insinuaron que se amenazó con procesos penales a priístas y perredistas, el coordinador de Morena indicó que son meras fantasías de algunos que añoran el pasado.

En esta legislatura, subrayó Monreal, ni el Presidente de la República ni ningún funcionario hablan o presionan a los legisladores y tampoco los gobernadores. Los senadores son autónomos, independientes y no van a permitir que alguien los obligue a actuar en contra de su conciencia. Prueba de ello, dijo, fueron las críticas y descalificaciones infundadas a la reforma que aprobaron prácticamente todas las fuerzas políticas, menos MC y cuatro senadores del PAN.

Igualmente, el coordinador del PRD, Miguel Ángel Mancera, desmintió, en entrevista aparte, que hubiera votado a favor de la reforma judicial por alguna presión externa. Claro que no, de ninguna manera, respondió, e hizo notar que fue un proceso de negociación largo, en el cual al final se tomaron en cuenta varias de las propuestas de la oposición.

Por supuesto que se requiere una reforma mayor, pero la aprobada tiene cosas relevantes, entre ellas la carrera judicial, la inamovilidad de los juzgadores, la paridad de género en el Poder Judicial y el establecimiento de tribunales de apelación colegiados.”

Por su parte, Monreal destacó que uno de los ejes de la reforma es acabar con la corrupción y la discrecionalidad en los nombramientos de jueces y magistrados, a través de consolidar la carrera judicial, a fin de que ya no sea por dedazo o designación, sino por concursos de oposición, con el propósito de que se nombre a los más capacitados, no a familiares o allegados.

Se crea además, detalló, la Escuela Federal de Formación Judicial, que contribuirá al egreso de juzgadores con mayor criterio de impartición de justicia, y se fortalece al Instituto Federal de Defensoría Pública, a fin de que los defensores públicos se conviertan en verdaderos abogados de los ciudadanos.

Tanto Monreal como Mancera coincidieron en que las modificaciones relativas a la creación de estos dos organismos y de los tribunales colegiados de apelación, que fueron de los puntos más cuestionados de esa reforma constitucional, entrarán en operación hasta que se hagan las adecuaciones a la legislación secundaria.

Desde el pleno, durante la discusión de la reforma, la senadora del PRI Beatriz Paredes dijo que confían en que esas leyes reglamentarias se discutan en febrero.