Nápoles, la capital del sur que el futbol puso en el mapa, eternamente Maradoniana
ápoles, capital de la región de Campania, al sur de Italia y con una población de 3 millones de habitantes, escapa a cualquier intento de descripción absolutista. La llamada capital del Sur
, cuyo centro histórico es patrimonio cultural de la Unesco, fue fundada alrededor del año V aC y ya entonces era denominada por los griegos como Neapolis.
Se encuentra a casi 20 kilómetros del Vesubio, considerado como uno de los volcanes más peligrosos del mundo por su intensa actividad y, que tras la erupción del año 79, quedaran enterradas las ciudades de Pompeya y Herculano.
El ritmo frenético de la urbe se caracteriza por un caos vial que reta al más experimentado automovilista, una intensa actividad callejera de comercio informal por parte de inmigrantes africanos, incontables callejones con esa especie de impronta visual italiana de tendederos de ropa en los balcones de las viviendas, aunado al flujo turístico de esta ciudad que genera un especial atractivo al pulso de un espíritu único.
Nápoles se levanta con el orgullo en la belleza de las piazzas, rodeadas de históricas construcciones, los siete castelli, castillos que la rodean, característica única en el mundo que posee esta urbe.
Por si esto fuera poco, Nápoles cuenta con un inmenso complejo de catacumbas y galerías bajo la ciudad que son un atractivo turístico y que en la antigüedad funcionaban como una ciudad subterránea. Durante la Segunda Guerra Mundial sirvieron como refugio contra los bombardeos aliados.
Nápoles se encuentra siempre bajo la permanente amenaza de terremotos por la actividad del Vesubio.
Esta semana el fallecimiento de Diego Armando Maradona cimbró emocionalmente a sus habitantes, que a pesar de las restricciones por la emergencia sanitaria salieron a las calles a despedir al argentino, con un estatus de deidad entre los napolitanos.
El Pelusa, quien fue parte del equipo de calcio, Napoli, de 1984 a 1991, logró por primera vez en la historia que este plantel se hiciera de importantes conquistas en campeonatos italianos y europeos. El futbol como fenómeno cultural tuvo un marcado aspecto de reivindicación social con la presencia de Maradona en Nápoles, quien llevó el nombre de esta ciudad al mundo. Una especie de reivindicación social contra el próspero norte italiano que siempre miró hacia el sur con un dejo de discriminación.
Después de 30 años, Maradona se encuentra no sólo en el alma, recuerdos e historia de los napolitanos. La ciudad venera su imagen: en sus calles hay inmensos murales, artículos turísticos y esculturas del astro argentino de futbol que ya empiezan a comercializarse con alas de ángel.
Alia Lira-Hartmann, Corresponsal