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Mara Gómez, primera futbolista trans que jugará en Argentina
 
Periódico La Jornada
Domingo 29 de noviembre de 2020, p. a13

Buenos Aires. Mara Gómez se convirtió ayer en la primera futbolista transgénero autorizada a jugar el campeonato femenino de Primera División en la Asociación del Futbol Argentino (AFA).

Soy oficialmente jugadora de la máxima categoría del futbol argentino, escribió Gómez, de 22 años, en sus cuentas de redes sociales.

El acuerdo con la AFA se había firmado con anterioridad, pero ayer era el día de su primera entrada a la cancha. No lo hizo al no estar todavía disponible el sábado para integrar el equipo de San Carlos, pero lo hará a la brevedad.

Estaré cumpliendo una de las metas más grandes de mi vida. Eso que creí indispensable, que nunca iba a suceder, señaló la jugadora.

Gómez agregó: Fue largo el camino, fueron muchos los obstáculos, muchos los miedos y tristezas. Aquello que un día me hizo pensar que no iba a ser nadie, que nunca iba a tener la oportunidad de ser feliz en mi vida, se revierte.

La legislación que permitió su incorporación fue la Ley 26.743 de Identidad de Género, sancionada en Argentina en 2012. La norma establece la obligatoriedad de que las personas trans sean tratadas de acuerdo a su identidad de gé-nero autopercibida.

La futbolista de Villa San Carlos firmó en un hecho histórico en materia de igualdad de derechos, dijo el diario argentino Página/12 que subió en su portal digital extractos de la entrevista que le realizó a principios de año.

Me gusta mucho enganchar. Juego por las dos bandas y manejo las dos piernas. Soy más derecha, pero si me ponen por izquierda puedo ir para adentro y pegarle con derecha o con la zurda. También relató varios intentos de suicidio por el bullying que padeció: “Mi idea, en ese momento, era llegar a la avenida y matarme abajo de cualquier vehículo que pasara. Fue mi vecina Adriana, que hoy es una gran amiga, quien me agarró, se sentó conmigo y me rescató ese día.

Jugar a la pelota era una descarga emocional y lo sigue siendo. Pero en ese momento yo no quería vivir, tenía muchas ganas de matarme, no podía sobrellevar todo lo que atravesaba. Y el futbol fue mi terapia y también mi manera de socializar.