Opinión
Ver día anteriorSábado 24 de octubre de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Infancia y sociedad

Cerebros hambrientos

D

entro del cráneo de cada infante que va a la escuela viaja una estructura espectacular. El cerebro humano es la estructura más compleja que existe en el universo conocido: tiene 100 billones de neuronas y cada una puede conectar con otras 10 mil. Y si estos datos son reales –como aseguran los expertos–, deberíamos estar rodeados de individuos supra inteligentes; lamentablemente no es así. Lo que pasa es que las capacidades del cerebro no sólo dependen de su estructura neuronal, sino de la oportunidad y calidad de la estimulación que reciben en la interacción de los individuos con su medio ambiente.

Es decir, el talento potencial existe en abundancia, pero no así las oportunidades para su desarrollo. Los principales ingredientes que el cerebro debería recibir desde las más tempranas edades son: nutrición de calidad y estimulación intelectual y amorosa continúas; sin eso, nos convertimos en proyectos fallidos o en mínima expresión de la evolución y de la especie. De ahí la importancia de invertir en la niñez y en la educación. Esos han de ser los ambiciosos megaproyectos de toda sociedad que se sueñe desarrollada y justa.

De la misma manera que los adultos bien alimentados durante su gestación y en su primera infancia pueden resistir mejor la enfermedad, incluso en la fatalidad de una pandemia, también el niño que ha recibido estimulación temprana de calidad conservará siempre su capacidad de aprendizaje y seguirá siendo creativo, a pesar de las adversidades que enfrente en el futuro. Por eso el extraordinario epistemólogo Jean Piaget dice Para la mayoría de la gente educar significa lograr que los niños repitan las conductas típicas de los adultos en la sociedad: Para mí, educar significa hacer creadores, inventores, innovadores, no conformistas.

Pero pasan las décadas, los saltos de siglo, las ideas sabias y la escuela no cambia: ¡No aprende!

Para una necesaria Pedagogía de la Pregunta que ponga en el centro el interés de los alumnos, el gran Ruyard Kipling nos regala una lección de oro: Seis honrados servidores me enseñaron cuanto sé. Sus nombres son cómo, cuándo, dónde, qué, quién y por qué.

(Con dolor y pesar informamos que siguen ocurriendo feminicidios de horror contra niñas pequeñas y que ya son 725 días sin medicamentos para niños con cáncer).