Ginebra. Las dos partes en conflicto en Libia firmaron ayer un alto al fuego permanente y con efecto inmediato tras cinco días de negociaciones en Ginebra auspiciadas por la Organización de Naciones Unidas (ONU).

En Libia hay duplicidad de poderes: el gobierno interino, junto con el Parlamento en Tobruk, presidido por Aguila Saleh, que controla la parte oriental y cuenta con el apoyo del ENL, y el Gobierno de Acuerdo Nacional (GAN), encabezado por Fayez al Sarraj y avalado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), con sede en Trípoli, en el noroeste del país.

Libia está inmersa en la violencia y el caos desde la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011. La intervención militar multinacional fue encabezada por Estados Unidos con el propósito de cumplir lo dispuesto por la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, que autorizaba la adopción de todas las medidas necesarias (...) para proteger a los civiles y las zonas pobladas por civiles que estén bajo amenaza de ataque de las fuerzas leales a Gadafi y que señalaba la prohibición de todos los vuelos en el espacio aéreo.

La pugna por el poder comenzó tan pronto Gadafi fue derrocado y asesinado en la calles de Trípoli, después de que el poder de la capital cayó en manos del opositor Consejo Nacional de Transición, el 20 de octubre de 2011.

Hoy es un buen día para el pueblo libio, declaró Stephanie Williams, jefa en funciones de la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (Manul).

Desde Nueva York, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, elogió el acuerdo de alto al fuego como un paso fundamental hacia la paz y la estabilidad de ese país. Felicito a las partes por haber hecho prevalecer el interés de su nación sobre sus diferencias, agregó en conferencia de prensa en la sede de la ONU en Nueva York.

Hago un llamado a todas las partes involucradas y los actores regionales a respetar las disposiciones del acuerdo de alto al fuego y garantizar su aplicación sin demora, expresó Guterres.

Estados Unidos también se congratuló por el alto al fuego. Este acuerdo es un gran paso hacia la concreción de los intereses compartidos por todos los libios de desescalamiento (del conflicto), estabilidad y partida de combatientes extranjeros, dice una nota de la embajada estadunidense en Libia.

En una primera reacción de Libia, Fayez al Sarraj destacó el rol de la Manul en la consecución de este acuerdo en favor de una paz basada en la justicia que aleja el espectro de la guerra y de disturbios en el país, según un comunicado.

Desde que en agosto ambas partes anunciaran el cese de las hostilidades, las negociaciones se aceleraron para fijar las condiciones de una tregua duradera. El acuerdo deberá ir acompañado por una salida de Libia “de los mercenarios y combatientes extranjeros (…) en un plazo máximo de tres meses a partir de hoy” precisó Williams a los medios. Las dos partes acordaron que todas las unidades militares y los grupos armados presentes en las líneas de frente regresarán a sus campos, añadió.

De abril de 2019 a junio de 2020, el mariscal Haftar intentó conquistar militarmente Trípoli, sin éxito. Estos combates dejaron cientos de muertos y obligaron a huir a decenas de miles de personas. La nación norafricana recibió felicitaciones de numerosos países de la región, Europa y América.