El gobierno mexicano evitó que Estados Unidos pidiera la renegociación del Tratado Internacional de Aguas con el acuerdo logrado, aunque hubo presiones de autoridades de Texas que llegaron hasta el secretario de Estado, Mike Pompeo, y llamados de congresistas para sancionar al país, sostuvo Roberto Velasco, director para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

En entrevista explicó que hubo presiones como las cartas del gobernador texano, misivas de congresistas llamando al cumplimiento del tratado, también notas diplomáticas del Departamento de Estado y comunicados de la Comisión Internacional de Límites y Aguas del lado de Estados Unidos así como llamados a imponer sanciones.

Mencionó que también hubo reuniones en la embajada de Estados Unidos en México con un representante del secretario de Estado y hubo encuentros con el congresista Henry Cuellar. Fue un proceso de la mayor complejidad y lo que planteamos fue que estábamos dispuestos a llegar a un acuerdo y que era fundamental garantizar el consumo humano para las ciudades del norte del territorio nacional. Recordó que hace cinco años, el ciclo 34 terminó con un déficit en el envío de agua a Estados Unidos por 324.7 millones de metros cúbicos del río Bravo, lo cual ya se cubrió y el actual ciclo que termina el sábado cierra en cero.

Sobre el acta 325 que se suscribió para cumplir con el compromiso del ciclo 35, explicó que se desarrolló en un proceso de tres meses de negociación durante el cual hubo una treintena de reuniones en distintos formatos, encuentros binacionales, reuniones técnicas de ingenieros de ambos países y del gobierno de Texas.

Tuvimos que resolver el problema que se gestó a lo largo de ocho años anteriores a que entrara esta administración, y recordó que con los usuarios de Chihuahua hubo mesas de trabajo. Fuimos transparentes. Les explicamos la situación y las opciones. (pero) No hubo apertura al diálogo. El gobierno federal siempre tuvo disposición de diálogo, detalló el funcionario.

Entre las medidas para evitar que haya una situación similar al cierre del siguiente ciclo, en 2025, consideró que tiene que haber un manejo responsable en Chihuahua del agua, ya que el caudal del río Bravo no crecerá en las próximas décadas, el flujo no ha cambiado desde que entró en vigencia el tratado, lo que ha cambiado es el consumo de agua en esa entidad.