La Paz., El gobierno de Bolivia anunció ayer que ya existe un operativo con el propósito de frenar cualquier intento de desestabilización en las elecciones del próximo domingo.

El viceministro de Régimen Interior, Javier Issa, explicó que la policía y el ejército están prestos a actuar ante posibles grupos violentos, que serán desactivados por las fuerzas de seguridad con las medidas constitucionales. Si es que ellos usan la fuerza, nosotros también vamos a usarla, advirtió.

El operativo, que se aplicará a escala nacional, es muy complejo, según Issa, pues en él intervienen policías y militares, pero reiteró que se pretende garantizar la tranquilidad en la época de las elecciones, según la agencia de noticias ABI.

Issa indicó que el operativo tiene fases prelectoral, el día de la votación y poselectoral. Agregó que se han identificado tres puntos álgidos: en el sector del trópico, algunos lugares de El Alto y el tercero en Potosí. Pero ellos todavía no cometieron ningún delito; al momento en que cometan algún delito, que es alzamiento, sedición o cualquier otra figura reñida con la ley, se activarán la policía y el ejército, sostuvo.

Con los comicios, Bolivia aspira a zanjar la crisis política en la que se encuentra inmersa por las irregularidades detectadas por la Organización de Estados Americanos (OEA) en las elecciones presidenciales del 20 de octubre. El ex presidente Evo Morales dimitió el 10 de noviembre en medio de una ola de violencia que dejó más de 30 muertos.

Por otra parte, seis ex presidentes de América Latina (entre ellos la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner) manifestaron ayer en una declaración pública su inquietud ante la postura adoptada por la OEA y su secretario general, Luis Almagro, sobre los comicios en Bolivia.

El texto fue firmado por los ex presidentes de Brasil Luis Inacio Lula da Silva (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016), el ex mandatario de Colombia Ernesto Samper (1994-1998), el de Ecuador Rafael Correa (2007-2017) y el de Honduras Manuel Zelaya (2006-2009), entre otros dirigentes de la región, quienes advierten que la OEA carga con una gran responsabilidad en el deterioro de la democracia boliviana este último año.

La Misión de Observación Electoral de la OEA en las elecciones de octubre de 2019 denunció la existencia de un cambio drástico y difícil de justificar en la tendencia de la votación, una afirmación que “sirvió de base para el golpe de Estado contra el presidente Evo Morales y la constitución del actual gobierno de facto en Bolivia”, aseveraron. Sin embargo, expertos y académicos de varios centros de estudios y universidades en Estados Unidos sostuvieron que el cambio de tendencia denunciado por la OEA no tuvo nada de irregular y que se debió al ingreso tardío de votos de zonas geográficas favorables al Movimiento al Socialismo (MAS), partido de Morales.

Pese a sus errores, la OEA no inició una investigación, al punto de que Almagro nombró como jefe de la Misión de Observación Electoral a la misma persona que la encabezó en 2019: Manuel González, ex canciller de Costa Rica. Esta decisión mina la confianza en la transparencia, neutralidad y el carácter técnico de la misión, dijeron.