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Viggo Mortensen recibe premio honorífico en San Sebastián, donde se estrenó como director

Falling es una película sobre la edad, el miedo a estar enfermo y a morir, expresó al presentarla

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▲ Anoche no pude dormir de los nervios; estoy muy emocionado, señaló el estadunidense, único galardonado este año con el Donostia.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Viernes 25 de septiembre de 2020, p. 6

San Sebastián. El Festival de Internacional de Cine de San Sebastián rindió homenaje este juevess la caleidoscópica carrera del actor estadunidense Viggo Mortensen, quien acaba de estrenarse como director con Falling, un implacable diálogo entre padre e hijo con tintes autobiográficos.

Anoche no dormí de los nervios; estoy muy feliz, expresó emocionado el actor estadunidense de ascendencia danesa en un español excelente, fruto de su infancia en Argentina.

Mortensen, de 61 años, es el único galardonado este año con el premio honorífico Donostia en reconocimiento a una carrera con más de 50 títulos.

A San Sebastián vino con Falling, la primera película que dirige, y en la cual además de tener un papel protagónico es guionista, coproductor y compositor de la música.

Encarna a John Peterson, piloto que vive en California con su marido Eric y su hija adoptiva Mónica, y ayuda a su testarudo padre Willis, granjero, a encontrar un sitio para retirarse.

Padre e hijo tienen caracteres absolutamente encontrados: John es cultivado, paciente y tolerante; Willis es agresivo, malhablado, sexista y homófobo, lo que no oculta un profundo amor filial.

Es una película sobre la edad, el miedo a estar enfermo y a morir, según Mortensen. También es una exploración con toques autobiográficos de la relación entre sus padres, divorciados.

Mortensen comentó a propósito que empezó a escribir el guion tras la muerte de su madre, y habló de su padre danés, un hombre terco que tuvo una infancia dura y se crió en un mundo de patriarcas.

Con la cinta cumplió al fin su sueño de dirigir, que acariciaba desde hacía más de dos décadas, un lapso finalmente fructífero.

He podido aprender mucho más, y si hubiera dirigido hace 10 o 20 años quizá no hubiera podido evitar muchos errores de principiante, explicó. Agregó que quiere seguir dirigiendo.

Titánico trabajo

El titánico trabajo al frente de esta película es un paso más para este actor, que arrancó en 1985 con Testigo en peligro, además de brillar con Brian de Palma en Carlito's Way (1993) y con Andrew Davis en el remake hitchcockiano Un crimen perfecto (1998).

Desde entonces se volvió una cara mundialmente conocida por su papel de Aragorn en la trilogía de El señor de los anillos (2001, 2002, 2003), o su papel de Alatriste (2006) en la adaptación cinematográfica que Agustín Díaz Yanes hizo de las exitosas novelas de Arturo Pérez-Reverte.

Mortensen trabajó también con David Cronenberg en Una historia de violencia (2005) y Promesas del este (2007). Recientemente causó sensación en Green Book (2018) con su entrañable papel de hombre rudo por fuera y tierno por dentro, en su odisea como chófer de un cantante afroestadunidense durante una arriesgada gira por el sur de Estados Unidos.

He podido trabajar con muchos directores importantes, guionistas, fotógrafos y he tenido la suerte de encarnar papeles muy buenos.

Mortensen, cuya película se proyectó en Sundance a inicios de año, vive en Madrid desde hace años y es pareja de la actriz española Ariadna Gil, conocida por sus papeles en Bella época (1992), Alatriste y El laberinto del fauno (2007).

En San Sebastián, a la competición en Sección Oficial se sumó este jueves la producción china Wuhai, una historia de ambición económica y deudas rodada en la desértica región de Mongolia interior.

La película incluye unas curiosas escenas en un parque temático de dinosaurios y una reflexión sobre el dinero, ya que según su director, Zhou Ziyang, el propósito era mostrar cómo en los pasados 20 o 30 años el desarrollo económico ha dañado a la sociedad.

Junto a ella compiten otras 12 producciones por la Concha de Oro, el galardón a la mejor película, que se entregará este sábado.

En la sección latinoamericana, Horizontes Latinos, el panel de cintas en concurso, nueve en total, se completó este jueves con dos novedades.

La primera fue la argentina Edición ilimitada, cinta en cuatro episodios sobre el proceso creativo de la escritura, dirigidos por los argentinos Edgardo Cozarinsky, Santiago Loza y Romina Paula, así como por la venezolana Virginia Cosin.

La otra es la chilena La Verónica, de Leonardo Medel, historia de una modelo popular en redes sociales y casada con un futbolista que se desmorona cuando se le investiga como sospechosa del asesinato de su primera hija, años atrás.