Diputados rehúsan apoyar
Lunes 3 de agosto de 2020, p. 27
Reynosa, Tamps., Al descender los niveles del agua en las colonias anegadas en Reynosa tras el paso de la tormenta Hanna, las familias regresaron a sus hogares, donde poco o nada queda de su patrimonio.
Las calles de Reynosa ya no tienen agua estancada, pero ahora se acumulan montañas de muebles y enseres que los habitantes de esta localidad fronteriza sacaron para limpiar sus domicilios y esperar a que lleguen los apoyos prometidos para ésta y otras dos localidades, Valle Hermoso y Díaz Ordaz, declaradas zonas de emergencia.
Los damnificados no cuentan con recursos para comprar enseres domésticos, aseguró la universitaria Ingrid Berenice López, quien comenzó en redes sociales una colecta para comprar una estufa a su padres, habitantes de la colonia Jacinto López, una de las más afectadas.
Mi familia perdió todo. Realmente no se puede rescatar nada. Hemos estado viviendo de la comida que regalan y nos hemos vestido con ropa de donación. Nuestra casa quedó inhabitable y estamos durmiendo en el gimnasio de un amigo de mi hermano que está cerrado por el Covid-19
, señaló.
Ingrid Berenice recordó que el domingo 26 de julio, cuando Hanna llegó a Reynosa, el agua subió dos metros en su hogar, de donde fue rescatada junto con sus padres por voluntarios que ingresaron con lanchas a las 70 colonias anegadas, primero por el meteoro y luego debido el desborde de la laguna La Escondida y del río Bravo, cuyo nivel se duplicó.
A una semana de la tormenta, el gobierno municipal señaló que el agua cedió, excepto en siete comunidades que aún presentan encharcamientos menores: Ampliación Delicias, Lázaro Cárdenas, Lomas del Villar, Revolución Verde, Ernesto Zedillo y Juan Escutia, cuyos pobladores se abren paso entre líquido pestilente y lodo para regresar a sus casas a valorar los daños.
El gobierno de Tamaulipas declaró el miércoles emergencia en Reynosa, Valle Hermoso y Díaz Ordaz, donde hay 17 mil 250 damnificados según el director estatal de Protección Civil, Pedro Granados.
Para el funcionario es prioritario que los perjudicados reciban agua embotellada, equipos de aseo y cobijas para que puedan dormir, pues perdieron sus camas. En calles, esquinas y camellones, hay miles de bases de camas y colchones abandonados.
La Cruz Roja Mexicana donó a Reynosa 23 toneladas de alimentos, que se distribuyeron entre mil 500 familias residentes en las márgenes de la laguna La Escondida.
Los apoyos se entregaron en puntos altos como plazas y parques, donde los damnificados se concentraron a esperar que el líquido baje en sus viviendas y puedan volver a ellas.
A sabiendas de que las necesidades son muchas, el diputado Rigoberto Ramos, del partido Morena, pidió a los otros nueve legisladores locales representantes de Reynosa que donen tres meses de sus sueldos para ayudar a los miles que perdieron todo.
El Congreso estatal se halla en receso hasta octubre. En promedio, cada diputado gana 104 mil pesos al mes, pero ningún legislador ha respondido el llamado de Ramos.