La educación superior privada en México ha registrado un aumento continuo en la última década, hasta alcanzar casi un tercio de la actual matrícula existente, estimada en 4.6 millones de alumnos en este nivel, señalan Adrián de Garay Sánchez y Eduardo Navarro Meza, investigador y especialista en sociología de la educación superior, respectivamente, ambos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

De acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies), en los estados de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Puebla y Yucatán, 40 por ciento o más de los estudiantes de nivel superior está inscrito en escuelas privadas; en Campeche, Zacatecas, Tlaxcala y Sinaloa la oferta y la matrícula no dejan de crecer de manera sostenida.

En el estudio denominado El rompecabezas de la educación superior privada. Algunas piezas locales para comprender las nuevas dinámicas del sector privado en México, los especialistas advierten la existencia de un fenómeno de relativa concentración de la matrícula en pocas universidades, de las cuales 21 por ciento concentra 50 por ciento de la matrícula de las instituciones de educación superior privada.

Además, indican que estos datos muestran que dichas escuelas operan con una lógica de mercado más o menos clara: unas apuestan por los recursos económicos con los que cuentan y su historia local para tener una amplia oferta y atender a miles de estudiantes, y otras a mercados muy específicos y acotados a determinadas disciplinas y con pocos estudiantes.

Pero también se observa que algunas de estas instituciones cuentan con bachillerato, licenciatura y posgrado y, en consecuencia, su mercado en la educación superior se finca, en parte, en sus propias clientelas construidas en niveles educativos previos, con lo que logran cierto sector cautivo porque ofrecen a sus estudiantes de bachillerato pase automático a la universidad, muchas veces con alguna beca educativa.