Londres. El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS, por sus siglas en francés) autorizó ayer al Manchester City a jugar competiciones continentales, lo que deja sin efecto la suspensión de dos años que ordenó la UEFA con el argumento de que no respetó las reglas del Fair-Play Financiero (FPF).

Manchester City no disfrazó sus contratos de patrocinios, pero fracasó en cooperar con la UEFA, explicó el TAS en su decisión.

Este fallo reduciría las posibilidades del Wolverhampton de avanzar a la Champions y propiciaría la salida de varios de sus elementos, entre ellos el mexicano Raúl Jiménez.

El Manchester City, propiedad del jeque emiratí Mansour bin Zayed bin Sultan Al Nahayan y entrenado por Josep Guardiola, fue condenado a pagar una multa de 10 millones de euros (11 millones de dólares) a la UEFA, en lugar de los 30 millones de euros inicialmente decididos por la confederación.

La UEFA acusó al City de inflar los ingresos por sus patrocinadores vinculados a Abu Dhabi United Group, empresa del propietario del club, para cumplir con las estrictas regulaciones del FPF entre 2012 y 2016.

En un comunicado difundido casi al mismo tiempo que el fallo del TAS, Manchester City se felicita de las implicancias de la decisión de hoy (ayer), que convalida su posición y el conjunto de pruebas que pudo presentar.

Desde que Mansour compró la entidad hace 12 años, el papel del City en el futbol inglés y continental cambió, dejando a un lado su tradicional rivalidad con el United para convertirse en una potencia de la Premier, ganando cuatro campeonatos locales en una década (2012, 2014, 2018 y 2019) y dos Copas FA (2011 y 2019), más títulos que en los primeros 100 años del club. Su deuda está en la Champions.

En tanto, el Manchester United encajó el gol del empate en el sexto minuto del tiempo de descuento para igualar 2-2 con el Southampton.