Spielberg, Austria., Sergio Pérez se dijo extremadamente motivado y positivo para comenzar esta temporada en lo más alto, a unas horas de iniciar el Gran Premio de Austria, el primero en 2020 de la Fórmula 1 después de cuatro meses de haber sido suspendida por el coronavirus, antes de que los motores se encendieran en Australia, el pasado 11 de marzo.

Espero que podamos luchar contra los tres mejores equipos, dijo convencido el piloto mexicano de Racing Point en una de las primeras conferencias virtuales previas a la carrera, en la que probará el verdadero po-der que podría alcanzar su ahora apodado Mercedes rosa, ya que se parece mucho al auto conquistador del año pasado del británico Lewis Hamilton, quien saldrá al volante de uno totalmente negro –en lugar de la tradicional flecha plateada–, en señal de su cruzada contra el racismo.

La Fórmula 1 se reúne en su primer Gran Premio 2020 y de la era coronavirus, con equipos reducidos y aislados entre sí, máscaras indispensables, ruedas de prensa virtuales, sin público en las tribunas y con un resultado deportivo y de desarrollo inciertos.

No existe una seguridad del estado de las escuderías. Mercedes dominó los ensayos de invierno en febrero, delante de Red Bull y después Ferrari y el resto.

Pero este viernes en las prácticas y mañana sábado en las calificaciones se sabrá el estado de cada uno.

Entre las primeras grandes competiciones internaciona-les en reanudarse, la categoría reina del deporte del automóvil se sabe escrutada. Ha intentado no dejar nada al azar editando un código de conducta al que deben adherirse todos los que tengan acceso al Red Bull Ring, en Estiria.