La pandemia de Covid-19 ha resaltado el progreso y los estragos en el sistema financiero para los medios de pago digitales, debido al incremento de su uso ante las medidas de confinamiento a escala global, expone un estudio del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés).

De acuerdo con el organismo, que encabeza Agustín Carstens, la capacidad de utilizar pagos sin contacto y hacer compras en línea ha dado respaldo a la actividad económica, pero éstos aún no son accesibles para toda la población.

La pandemia ha resaltado tanto el progreso como las deficiencias en los pagos digitales. Éstos han permitido que muchas actividades económicas, como la compra de comestibles y otros bienes esenciales, continúen en línea, detalla el análisis, titulado Bancos centrales y pagos en la era digital.

No obstante, precisa, debido a la falta de conexiones y la desigualdad en el acceso a las mismas, los grupos de bajos ingresos y vulnerables enfrentan dificultades para pagar o recibir fondos. Algunos bancos centrales han advertido que la negativa de los comerciantes a aceptar dinero en efectivo podría suponer una carga excesiva para aquellos con opciones de pago limitadas.

Para llegar a las personas que no tienen cuenta bancaria, plantea, algunos pagos de gobierno a personas se han realizado con cheques en papel, que tardan más en procesarse y pueden presentar mayores riesgos de fraude que las transferencias bancarias, mientras en otros lugares las autoridades han utilizado nuevas opciones digitales.

Necesario, incrementar el acceso

La crisis ha ampliado los llamados a un mayor acceso a los pagos digitales por los grupos vulnerables y a servicios de pago más inclusivos y de menor costo en el futuro, expone el BIS.

En este sentido, expresa, la provisión y operación directa de las infraestructuras públicas por los bancos centrales puede promover la competencia, reducir las rentas y respaldar altos estándares de seguridad y gestión de riesgos, como actualmente lo hace el Banco de México (BdeM) con el CoDi, sistema de pagos por medio de un código QR que entró en funciones el último día de septiembre de 2019.

Según cifras del BdeM, hasta el 24 de junio se tenían validadas más de 3 millones de cuentas activas, de las cuales al menos 175 mil han realizado un pago y 149 mil un cobro. Esas iniciativas, destacó el BIS, pueden tener un mejor funcionamiento para las personas en medio de la pandemia.