El universo de permisos que otorgó en el pasado la Comisión Reguladora de Energía (CRE) creó desorden y desequilibrio sistémico para la planeación del Sistema Eléctrico Nacional, se desvinculó la demanda de la generación más cercana y eficiente, y se subordinó la construcción de infraestructura de transmisión y distribución, revela un diagnostico oficial.

En este contexto se enmarcan los 284 contratos legados de plantas de autobastecimiento que gozan de condiciones más ventajosas con respecto de los demás participantes del mercado eléctrico.

El miércoles, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) determinó ralizar aumentos de entre 427 y 811 por ciento en las tarifas de alta, media y baja tensión para las plantas de autobastecimiento.

El diagnóstico señala que la CRE otorgó permisos a centrales eléctricas, dando lugar a la necesidad de refuerzos de la Red Nacional de Transmisión, que requieren inversiones cuantiosas que rebasan la capacidad financiera de la CFE.

Los contratos legados que poseen plantas de autoabastecimiento son vigentes hasta 2039, y de continuar con las condiciones preferenciales obtenidas antes de las reformas de 2014, arrojarán pérdidas hasta de 160 mil millones de pesos para la CFE, de acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Energía.

La ley, además, obligó a la empresa productiva del Estado (CFE) a crear la filial CFE Intermediación de Contratos Legados para hacer el trabajo operativo y administrativo a quienes son sus propios competidores dentro del mercado eléctrico, generando pérdidas por unos 7 mil 500 millones de pesos anuales en promedio.

Actualmente están operando 303 centrales privadas a las que se les autorizó el autoabastecimiento y que despachan energía mediante contratos a 70 mil 318 socios, bajo la figura de contratos de autoabastecimiento.

Estas empresas utilizan la infraestructura de transmisión y distribución de la CFE y, además, la eléctrica nacional les compra energía desde el año 2000, para ello, les ha facilitado la adquisición de terrenos, construcción de centrales, así como su interconexión a la red eléctrica, suministro y transporte de combustible, estudios técnicos de factibilidad, permisos y licencias, por lo que se convierten en proveedores constantes y soportados por la CFE.

Las empresas de autoabastecimiento le han dado vuelta a la legislación, pues el espíritu original era apoyar a las empresas mineras, acereras y cementeras comentaron especialistas. Sin embargo, opinaron que los recientes aumentos a las tarifas eléctricas a los autobastecedores no tendrá un impacto en el precio final a los consumidores domésticos, este impacto será para sus socios.

Explicaron que esta medida impulsará que los socios de las compañías autogeneradoras de electricidad acudan a generadores calificados como CFE para obtener mejores precios en tarifas.

Sobre los abusos detectados, los informes oficiales dan cuenta de una empresa autoabastecedora sin consumo propio, con capacidad superior a 200 megavatios, tiene más de 7 mil socios, de los cuales 80 por ciento son oficinas y comercios de grandes corporativos. En otro caso de contratos con exenciones, participa otra empresa que tiene mil 316 socios que dan servicio a grandes consumidores industriales, que pagan precios muy bajos de transmisión en todo el país.

Rechazo empresarial

El sector privado del país rechazó el aumento en los cargos por el servicio de transmisión de electricidad publicado por la CFE, pues dicha medida, aseguró, perjudica al empleo, al consumidor final y el diálogo con el gobierno federal.

El Consejo Coordinador Empresarial expresó su inconformidad, pues consideró que la actual administración y la CRE ignoraron tanto la Ley de la Industria Eléctrica como el llamado de los empresarios a revocar el acuerdo del órgano regulador para incrementar los costos de la electricidad. Comentó, que el electrolinazo, como llama la iniciativa privada al aumento de tarifas por porteo, no solo perjudica a la economía, sino también al diálogo constructivo entre el sector empresarial y el gobierno federal

Con información de Alejandro Alegría