En la elaboración del censo para el Bienestar, la prioridad fue trabajar con los pobres, por lo que se verificó a la población que presuntamente era beneficiaria de los programas sociales de la administración pasada, en particular del programa Prospera que sumaba a 26 millones de personas, indica el documento Estrategia y metodología del censo de la coordinación general de programas para el desarrollo del gobierno federal.

No se trata de un censo, ya que esto sería si se visitara al 100 por ciento de los hogares, más bien se buscó constatar que los beneficiarios de los programas sociales del sexenio pasado existieran, lo cual es adecuado porque ya en 2014 se encontró que había 1.8 millones de beneficiarios de Prospera que no sabían que estaban en el padrón, consideró Genaro Aguilar, investigador de la Escuela de Economía del IPN.

Luego de que Gabriel García Hernández, titular de la coordinación, anunció la semana pasada que se harían públicos los documentos del censo, éstos están disponibles para consulta. En particular en este reporte se menciona que la administración pasada tenía 249 padrones de 14 dependencias federales, los cuales integraban a 76 millones de personas.

Beneficiarios no recibían apoyo

Refiere que 623 municipios, uno de cada cuatro, tenían población indígena igual o mayor a 50 por ciento de sus habitantes. Además, se encontró que había 469 municipios con índice de violencia medio y 286 alto, mientras que 904 estaban en bajo índice.

Agrega que a partir de esta información se buscó verificar a los beneficiarios de los principales programas vigentes en 2018, además de procesar las solicitudes para las incorporaciones a los apoyos del gobierno, con el propósito de contar con un instrumento para la determinación e identificación de beneficiarios potenciales de los Programas Integrales para el Desarrollo.

En un análisis del documento, Aguilar estimó que con esta metodología se intentó saber si la gente que estaba en el padrón era real. Dijo que habrá que ver si en los hallazgos se encontraron beneficiarios de Prospera que no recibían el apoyo. Mencionó que con la visita sólo a los beneficiarios de los programas se pudo haber caído en un sesgo, al asumir que los que tenían un programa son los únicos pobres del país.