Jueves 21 de mayo de 2020, p. 5
Hermosillo, Son., Con la finalidad de evitar contagios de Covid-19 entre migrantes que esperan abordar el tren carguero conocido como La Bestia para intentar llegar a Estados Unidos, personal del comedor San Luis Gonzaga, de asistencia social, lleva alimento todos los días a alrededor de 150 indocumentados desde que inició la emergencia sanitaria.
El sacerdote Gilberto Lezama, fundador de ese sitio, explicó que tomaron la medida de salir del comedor, ubicado en el ejido La Victoria, en Hermosillo, para evitar contagios entre las decenas de viajeros que se reúnen a mediodía en ese lugar.
Mencionó que el flujo de personas aumentó considerablemente desde la semana pasada por el retorno de quienes no lograron cruzar la frontera luego de ser cerrada por las autoridades estadunidenses para evitar la propagación del coronavirus.
Indicó que existe el temor de una epidemia entre migrantes, pues podría ocurrir un efecto dominó
y crecer el número de enfermos debido al alto grado de contagio que tiene el virus, la falta de medidas higiénicas y el nulo respeto a la sana distancia.
Con guantes y cubrebocas, el párroco y su asistente, de origen salvadoreño, entregan a diario alrededor de 150 comidas completas a los indocumentados, que hacen la última escala a 270 kilómetros de los límites entre México y Estados Unidos.
El comedor atiende a entre 80 y 130 personas de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán, así como de Honduras, El Salvador y Guatemala, que buscan alimento para seguir su camino.
En Sonora, el mayor número de contagios por Covid-19 se ha concentrado en los municipios fronterizos con Estados Unidos, como San Luis Río Colorado, con 268 casos, y Nogales, con 133, además de Hermosillo, con 348.
El número de migrantes en territorio sonorense aumentó debido a que han regresado por la nula demanda de trabajo en ciudades de Estados Unidos.
Lezama recordó que no es la primera ocasión en la que se opta por salir hasta las vías del tren a entregar alimentos, pues lo mismo sucedió surante la epidemia de influenza A/H1N1.
En febrero de 2009 nos tocó la experiencia de la influenza, y como nuestro deber es asistencial, de apoyo a la comunidad, en aquel entonces nos salimos a las vías para evitar un brote que complique la situación de estas zonas
, refirió.