Jueves 21 de mayo de 2020, p. 5
La obra La fiesta, que se presentó de manera virtual en la plataforma de Zoom, retrata diversas conductas violentas contra la mujer.
El grupo Onirismos AC, con la dirección de Adrián Asdrúbal Galindo, adaptó la obra de Enrique Heini Hölsenbaud Romero Cruz para presentarla en línea e interactuar con el público.
Los actores se conectaron en Zoom desde sus casas para realizar una fiesta virtual a la que el espectador es invitado. Éste también será testigo de las múltiples formas en que se ejerce violencia contra Silvia, una joven que nunca aparece en la trama, pero fue violada y drogada en una reunión a la que sólo asistieron seis amigos.
Galindo explicó que en un principio La fiesta se iba a escenificar en teatro, pero debido a la emergencia por Covid-19 recurrieron a la tecnología para presentar esta función virtual.
La obra, representada por seis actores conectados en Zoom, muestra cómo hombres y mujeres suelen minimizar los actos violentos cuando los agresores son ellos.
La fiesta virtual gira en torno a lo que le sucedió a Silvia en otra celebración a la que asistieron Aline, Arantza, Monse, Dayana, Óscar y Rubén. Todos habían roto la cuarentena y decidieron verse para beber algo.
Aline convocó la reunión en línea para relatar a los demás jóvenes lo ocurrido a Silvia, la única persona que no era parte del grupo de amigos, pero fue invitada al festejo anterior por ser pareja de Óscar.
Después de un rato de bromas, Aline pide a sus amigos que definan qué es la amistad para ellos. Todos dicen algo sobre el tema e incluso los espectadores comparten sus ideas en el chat.
Al escuchar las respuestas, Aline les pregunta si saben algo de Silvia: Óscar señala que le ha llamado varias veces, pero no contesta. Intrigados por la actitud de Aline le piden que diga qué sucede, ya que fue ella quien organizó la fiesta.
En el momento en que se enteran de lo que pasó en la reunión anterior, los jóvenes discuten sobre la violencia y sus diversas formas. Al final todos dejan ver que de alguna manera agredieron a la chica. Los amigos empiezan a enjuiciar, suponer y culpar. Nadie se escapa de las acusaciones, ya que Silvia fue golpeada, acosada, drogada y violada.
Cuando todos han expresado su opinión llega el turno del público, y aunque cualquiera pudo ser el culpable, al final hay una confesión, por lo que se debe estar muy atento a las imágenes.
En el montaje virtual el propósito es descubrir quién de los seis amigos atacó violentamente a Silvia, una chica de su edad.
La fiesta lanza varias preguntas al espectador: ¿hasta dónde puede llegar la amistad?, ¿seguirías siendo amigo de alguien que cruzó la línea de la violencia? En la obra cualquiera puede ser culpable y la interacción del público es importante. Al finalizar la puesta en escena, el director conversó con los actores y parte del público.