Las condiciones impuestas por la emergencia sanitaria debido al Covid-19 y el cierre de actividades que no se consideran esenciales amenazan el trabajo de 28 millones de personas, alrededor de 47 por ciento de la población económicamente activa (PEA), advirtió ayer Oxfam México.

Tres millones de compañías, que generan una derrama de 1.2 billones de pesos al año en remuneraciones, estarían afectadas por la caída de la actividad económica, debido a que no se cuentan entre los sectores estratégicos decretados por la Secretaría de Salud, agregó la organización.

Décadas de abandono del sistema de salud, los elevados niveles de pobreza y la persistencia de la desigualdad han convertido la emergencia causada por la enfermedad Covid-19 en tres crisis simultáneas: sanitaria, económica y social, que amenazan con encarnizarse entre la población más pobre, donde se prevé que habrá una baja de ingresos con una magnitud no vista desde 1995, apuntó.

Esta crisis desnuda y potencia las desigualdades estructurales que los gobiernos de México no han podido resolver: la mitad del país no tiene seguridad social, cuatro de cada 10 personas viven con ingresos laborales que resultan insuficientes para satisfacer sus necesidades alimentarias básicas. Tenemos el sistema tributario que menos recauda entre las naciones de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), y nuestro sistema sanitario se encuentra segmentado y sin recursos, subrayó la Oxfam.

La organización detalló que es necesario proteger a los trabajadores con seguridad social mediante un subsidio que costaría entre 115 mil y 326.5 mil millones de pesos, apoyo directo a personas sin seguridad social, al menos 37.4 mil millones más, con el fin de apoyar a los sectores que en primer lugar se verán afectados por el Covid-19.

Sorprende baja en la tasa de desocupación

Contrario a la tendencia en desempleo reconocida por el propio gobierno federal en el contexto de la emergencia sanitaria por la pandemia, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó que en marzo pasado hubo un menor desempleo entre la población mexicana, pero también una baja en el número de personas que buscan ocuparse.

En un marco de menor participación laboral –que pasó de 60.5 por ciento de la población mayor de 15 años en febrero a 60.1 por ciento en marzo– se dio una disminución en la tasa de desocupación de 3.7 por ciento de la población económicamente activa (PEA) en febrero a 3.3 por ciento en marzo, resumió en una publicación Julio Santaella, presidente del organismo.

El IMSS reportó pérdida de más de 130 mil trabajos

Las cifras son para marzo, cuando comenzó la Jornada Nacional de Sana Distancia, el día 23. Ese hecho implicó el confinamiento de trabajadores cuya actividad no se considera esencial. Para el registro del mismo mes, el Instituto Mexicano del Seguro Social reportó la pérdida de 130 mil 593 empleos.

Con la baja de la PEA y la desocupación, la informalidad restó 0.4 por ciento respecto del mes inmediato anterior y 1.2 por ciento a tasa anual. Con ello, 55.8 por ciento de quienes trabajan lo hacen en esa condición, reportó el Inegi.

Mientras, la subocupación –que agrupa a quienes tienen necesidad y tiempo para trabajar más frente a lo que su empleo les ocupa– aumentó 0.1 y 2.2 por ciento, respectivamente. La tasa se ubicó en 9.3 por ciento, su mayor nivel en más de cuatro años.