El Estadunidense Justin Thomas asume el liderato
El mexicano Ancer escala peldaños y está en el lugar 12
Domingo 23 de febrero de 2020, p. 9
El golf es un juego cerebral. Golpear la pelota con un palo requiere una precisión de cirujano; recorrer 18 hoyos, además, exige buena condición atlética. Sin embargo, mantener la concentración en la competencia ocupa un cerebro trabajando en los límites, sin alteraciones.
El estadunidense Bryson DeChambeau no pudo mantener el liderato en la tercera ronda del WGC México Championship en el Club Chapultepec. Algo en su mente no pudo controlar las acciones de su cuerpo. Si dividiera en dos partes ese recorrido, podría pensarse en juegos distintos. En un deporte donde gana quien menos golpes necesita para completar cada recorrido: el estadunidense fue preciso y combativo en los primeros cuatro hoyos, consiguió dos birdies; es decir, se ahorró un impacto en dos de esas partidas. Y advirtió que iba en plan aniquilador, pues en el hoyo dos pegó dos golpes menos, un águila, se nombra.
La segunda parte, sin embargo, se convirtió en un duelo de nervios, en el que Patrick Reed, su compatriota que empezó tercero en esta ronda, se fue contra el líder. Mientras DeChambeau empezó a perder el control y a requerir más golpes de los necesarios, Reed comenzó a inspirarse y a embocar la pelota con menos golpes. Ese duelo hizo que el grupo donde también peleaba el sudafricano Erik van Rooyen se convirtiera en la arena donde se disputaba el liderato.
Fue cuando apareció el estadunidense Justin Thomas, número cuatro de la clasificación mundial, para escalar con un juego impecable y quedar en la cima con 65 golpes en la tarjeta de este sábado. El segundo puesto compartido entre Van Rooyen y Reed, ambos con 67 impactos, derribaron a DeChambeau, quien terminó con tarjeta de 71.
Y entonces la jornada tuvo un giro inesperado. El español Jon Rahm consiguió un tiro que es la gema que todo jugador quiere conseguir y todo aficionado sueña atestiguar. En el hoyo 17, Rahm golpeó una sola vez para embocar la pelota con el conocido término de hoyo en uno. Una proeza que rompió con el silencio del campo y que por obra de la magia se convirtió en tema de conversación entre susurros en los seguidores, que a varios hoyos de distancia de la hazaña se encargaron de propagarla.
Golpeó con fuerza y la pelotita voló increíble y recorrió 175 yardas para dar un solo bote en el green, la zona mejor cuidada y de apariencia de mesa de billar, justo donde se encuentra el hoyo, para entrar y hacer de este campo algo que semejaba un estadio.
En realidad estaba tratando de pegarle a 15 pies a la altura de la bandera
, dijo Rahm al final de su recorrido; quieres que caiga en el lugar correcto y tener suerte
.
El golpe mágico de Rahm cambió la dinámica de la lucha y se metió de lleno al torneo. DeChambeau ya no era más el líder y sufría para terminar su recorrido con el menor número de errores. El español, además, culminó este sábado con una tarjeta de 61 golpes, un récord en el campo de Chapultepec.
Lejos de esa pelea, el mexicano Abraham Ancer escaló peldaños para quedar en la decimosegunda posición y con grandes oportunidades de terminar el torneo entre los diez mejores. Nada desdeñable en un torneo que convoca a los mejores golfistas del momento.
El domingo se jugará la última partida y después del espectáculo de la tercera ronda, es previsible que el título será objeto de una furiosa disputa en la que cualquiera podría emerger. Tal como lo hizo Rahm y su inaudito golpe de hoyo en uno.