Chilapa, Gro., La Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores (CRAC-PF) rechazó el llamado del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) para desarmar a los 19 niños que se incorporaron a la institución comunitaria para defender a sus pueblos, afirmó su coordinador David Sánchez Luna.

En entrevista realizada en la comunidad de Alcozacan, municipio de Chilapa de Álvarez, puntualizó que en nuestro territorio comunitario nos regimos por usos y costumbres, siguiendo el ejemplo de lucha de nuestro abuelo Emiliano Zapata y de Lucio Cabañas, y como pueblos originarios de esta zona de la Montaña Baja. Lo que hemos quedado (acordado) con el gobierno, queda como acuerdo interno de territorio comunitario.

Reiteró que los niños continuarán con el entrenamiento porque forman parte de nuestra milicia comunitaria, y también seguirán asistiendo a la escuela. Que así como nos dicen que no preparemos a los niños, entonces que haya maestros, que construyan escuelas para que tengamos suficientes.

Ante las críticas de la Unicef, del gobierno estatal y federal, y de otras organizaciones no gubernamentales, recordó que actualmente la CRAC-PF entrena a 19 niños del poblado de Alcozacan, más 12 niños y niñas de Rincón de Chautla. Hay mujeres que están entrenando. Todos ellos harán funciones de policías comunitarios. Cuando no tengan clases van a estar en guardia.

Aclaró que a los niños los estamos preparando para que se sepan defender, cuando nosotros nos agarren o nos maten el grupo delictivo (Los Ardillos), que sepan defender a su mamá y al pueblo y a ellos mismos, no los estamos enseñando a ser un grupo delictivo, no.

Los Ardillos nos sacan de nuestras comunidades

Doña Pascala Germán Hernández narró: “caminamos dos horas. A mi esposo Melquiades lo golpearon, nosotros escuchamos los balazos y nos escapamos, fue la primera balacera, nos salimos por el cerro con mis nietos, pensamos que íbamos a poder regresar en la mañana del día siguiente, pero el grupo delictivo estuvo ahí, se llevaron mis animales. Desde entonces la comunidad está abandonada.

Vivíamos 12 familias, 40 personas en total. El grupo delictivo sigue amenazando que si entramos nos van a atacar. De los desaparecidos no se sabe nada. De ahí era una señora de 55 años, con su hijo, nuera y nietos, hasta ahorita no sabemos nada de ellos, vivíamos de sembrar maíz, frijol, calabaza.