Martes 28 de enero de 2020, p. 3
Madrid. El patógeno fúngico Candida auris es capaz de formar biopelículas de alta carga, lo que puede ayudar a explicar por qué se está propagando en hospitales del mundo, según un estudio publicado en mSphere, revista de acceso abierto de la Sociedad Estadunidense de Microbiología.
La investigación también propone un nuevo modelo para investigar la propagación de este patógeno emergente que causa infecciones invasivas, un problema reciente en hospitales del mundo.
“Con estos hallazgos, podemos tener nuevas herramientas para examinar cómo el Candida auris forma biopelículas y se propaga en este entorno.
Comprender más sobre este proceso podría ayudarnos a desarrollar nuevas estrategias para prevenir la formación de esas biopelículas
, explica Jeniel Nett, investigadora principal del estudio y profesora asistente en los Departamentos de Medicina y Microbiología e Inmunología Médica de la Facultad de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin.
“Nuestras herramientas se pueden usar para determinar cómo se forman las biopelículas, lo que puede conducir a nuevas estrategias para prevenir la transmisión o apuntar farmacéuticamente a Candida auris”, añade.
A diferencia de muchas otras especies de Candida, el auris se propaga rápidamente entre los pacientes y es eficaz colonizando la piel. Debido a que muchos de los pacientes infectados con ese hongo están conectados a dispositivos médicos permanentes, como catéteres vasculares y tubos endotraqueales, los investigadores plantearon que se pueden formar biopelículas en estos dispositivos y en la piel, lo que facilita la transmisión del patógeno.
“Las especies de Candida, similares a otras de hongos y bacterias, pueden formar comunidades que se adhieren a un sustrato, ya sea en un dispositivo artificial u otra superficie, explica Nett. Estas comunidades de biopelículas son multicapa y resisten el tratamiento médico, incluso los antifúngicos y las respuestas del huésped.”
En el nuevo estudio, Nett y sus colegas crearon un medio de sudor sintético para representar las condiciones de la piel y, con este modelo, evaluaron el crecimiento de auris y de albicans, una de las especies de cándida más comunes.