Deseaba que alguien un poco más moreno que yo la hubiera escrito, sostiene la estadunidense Jeanine Cummins
Jueves 23 de enero de 2020, p. 5
Nueva York. American Dirt (Tierra americana), de Jeanine Cummins, una de las novelas más esperadas y polémicas del año, es el nuevo libro seleccionado por Oprah Winfrey para su club de lectores.
Esa obra, lanzada el martes, sigue a la dueña de una librería en Acapulco, México, que pierde a gran parte de su familia a manos de un cártel de la droga y huye al norte en un aterrador viaje con su hijo de 8 años. Ha sido aclamada por muchos, pero también criticada por reforzar ‘‘estereotipos mexicanos rancios” y por un lenguaje forzado que evidencia que es la obra de una forastera.
Fue adquirida por Flatiron Books en 2018 con un contrato millonario, aparece en numerosas listas de libros que se deben leer en 2020 y se posicionó entre los 20 más vendidos de Amazon.com, antes de su publicación, y ha sido elogiada por escritores como John Grisham, Stephen King y las estadunidenses de ascendencia mexicana Erika Sánchez y Sandra Cisneros.
Los niños en la frontera
Winfrey dijo a en una entrevista el viernes que le llamó la atención el comentario del novelista Don Winslow, quien comparó American Dirt con The Grapes of Wrath (Las uvas de la ira), de John Steinbeck.
“Recuerdo que pensé: ‘‘sí, claro, más vale que sepas de qué estás hablando porque yo tengo una primera edición de Grapes of Wrath y está sobre un pedestal en mi sala’’’, refirió Winfrey. ‘‘Ahora, yo no diría que esto es Grapes of Wrath, pero sí voy a decir que... he sido periodista, he seguido las noticias, he visto historias todos los días, he visto a los niños en la frontera y se me encoge el corazón. Y nada ha logrado hacerme sentir el dolor y la desesperación de lo que significa estar a la fuga (como American Dirt). Ha cambiado el modo en que veo todo el asunto y yo ya era solidaria’’.
Cummins explicó que la primera vez que pensó escribir el libro fue en 2013, inspirada por varias razones. Su esposo emigró de Irlanda y ella recordó los muchos años que le tomó conseguir su permiso de residencia, y la ansiedad, antes de que se casaran, ante el temor de que fuera deportado. También estaba conmovida por lo que consideraba una cobertura sensacionalista de la inmigración, y, más indirectamente, por su dolor por una tragedia de 1991, cuando dos primas suyas fueron violadas y obligadas a saltar de un puente a sus muertes.
‘‘Tantas historias se centran en hombres violentos e historias machistas violentas sobre personas que cometen atrocidades”, sostuvo. ‘‘Mi esperanza era mostrar la narrativa en un nuevo marco, desde el punto de vista de las personas en el otro lado de la violencia”.
Cummins, que tiene antepasados irlandeses y puertorriqueños, dijo que pasó mucho tiempo en México y conoció a muchas personas a ambos lados de la frontera. Su novela plantea interrogantes, sin embargo, sobre si ella, que no es mexicana ni inmigrante, era apta para contar esta historia. La propia Cummins ha expresado sus dudas. En el epílogo escribió: ‘‘Deseaba que alguien un poco más moreno que yo la hubiera escrito’’.
Refuerza estereotipos
Cisneros ha calificado American Dirt como la ‘‘historia internacional de nuestros tiempos”, pero otros escritores de ascendencia mexicana lo han criticado. Myriam Gurba, cuya obra ha sido elogiada en O: The Oprah Magazine, escribió en Internet que Cummins refuerza ‘‘estereotipos mexicanos rancios, entre ellos el latin lover, la madre acongojada y el hombre inmaduro estoico’’. David Bowles, escritor y traductor, denunció la ‘‘hipocresía petulante” del libro.
‘‘American Dirt está escrito para personas como yo’’, escribió la autora Lauren Groff; ‘‘esos nativos de Estados Unidos que están preocupados por lo que sucede en nuestra frontera sur pero que nunca han sentido el temor y la desesperación de los migrantes en su propia piel. Esta novela está dirigida a personas que han amado a un hijo y que luchan con todo lo que tienen para ver que ese hijo pueda tener un buen futuro”.