Berlín. Los participantes de la conferencia en Berlín sobre Libia acordaron ayer un plan de solución integral que incluye un alto el fuego y una comisión militar de verificación integrada por ambos bandos para vigilar su cumplimiento, declaró la canciller alemana Angela Merkel.

Los dirigentes de las potencias mundiales se comprometieron a respetar el embargo de armas, decretado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 2011, pero que en gran medida ha sido letra muerta desde entonces.

El alcance de esos acuerdos es incierto, dado que los dos rivales directos, Fayez Sarraj, el jefe del Gobierno de Unidad Nacional reconocido por la comunidad internacional, y su opositor Jalifa Haftar, se negaron a reunirse en la conferencia en Berlín, en la que participaron Rusia, Turquía, Francia, Alemania, Reino Unido y la ONU.

Merkel señaló que la comisión de verificación estará integrada por cinco representantes por cada parte. Esta comisión se reunirá en los próximos días en Ginebra para sentar las bases de un acuerdo definitivo de alto el fuego.

El principal avance de la reunión de Berlín fue que los líderes de 11 países, comenzando con Rusia y Turquía, que desempeñan un papel clave en Libia, coincidieron en una declaración conjunta en que no hay una solución militar para el conflicto, declaró el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

Los países también pactaron la desmovilización y el desarme de las milicias y la aplicación de sanciones en caso de incumplimiento del alto al fuego, que entró en vigor por iniciativa de Moscú y Ankara el 12 de enero. Asimismo, llamaron a garantizar la seguridad de las instalaciones del sector petrolero libio.

Hasta ahora, la tregua ha sido más o menos respetada entre los dos campos rivales a las puertas de la capital, pero las escaramuzas continúan día a día; incluso hubo una al sur de Trípoli ayer mientras se realizaba la cumbre.

Fuerzas del mariscal Haftar bloquearon las exportaciones de petróleo libio, la única fuente de ingresos del país, en vísperas de la cumbre de Berlín, y amenazaron con reducir la producción de crudo a casi cero.

Libia continúa sumida en una crisis desde que el derrocamiento de su líder histórico, Muamar Kadafi, en 2011, derivó en violentos enfrentamientos entre facciones rivales.