omo prometí el lunes pasado, y cual si fueran los Santos Reyes, van nuevos regalos del sector público en el campo ambiental. Uno muy importante es acabar con la contaminación de varios lagos. Como el Cuitzeo y el Zirahuén, en Michoacán. El primero es de los más extensos del país y se seca desde hace años. Pierde su gran biodiversidad y ser sustento de pescadores y agricultores por la deforestación de su cuenca hidrográfica, falta de lluvias, la introducción de especies no nativas, la sobrexplotación del acuífero y el aporte de las aguas negras y tóxicas de varias poblaciones, en especial Morelia. Investigadores de la Universidad estatal han documentado los daños ecológicos ocasionados y sus efectos nocivos en la salud pública.
En cuanto al Zirahuén, fue lugar de inigualable belleza. La pierde poco a poco al recibir aguas negras de los asentamientos humanos cercanos. Su embalse tiene menos profundidad por la tierra proveniente de la deforestación de la zona lacustre. Académicos, autoridades y pobladores locales buscan que recupere su salud ambiental. Una propuesta es decretar su entorno área natural protegida y alentar una agricultura sostenible en la región.
El tercer lago y reserva forestal que van a rescatar es Guadalupe, en el estado de México. El pasado 28 de diciembre, Silvia Chávez González, reportera de La Jornada, detalló el enorme deterioro que lo agobia. Fue por décadas lugar ideal para disfrutar la flora, el agua cristalina, las aves que allí tenían su hogar y las migrantes que llegaban a invernar de Estados Unidos y Canadá. Este año no arribaron garzas y pelícanos. Y con razón: es el mayor embalse de aguas negras y basura de la cuenca de México.
En tanto, las autoridades de la alcaldía de Cuauhtémoc definen a esa parte de la Ciudad de México como una con ángel. Mas desde hace semanas lo es con partículas. La calidad del aire es muy mala por la negligencia oficial al permitir que no cuiden el entorno quienes realizan trabajos de remodelación de edificios o nuevas construcciones. Igual sucede con la obra pública (alguna innecesaria) en calles y avenidas. Los trabajadores son los más expuestos a sufrir daños en su salud, pues laboran sin equipos de protección. Un ejemplo notable de contaminación se tiene en Insurgentes Sur, entre Tlaxcala y Aguascalientes, donde la generación de partículas ha sido enorme las dos últimas semanas.
A lo anterior se suma la falta de riego en las áreas verdes de parques, camellones, avenidas y calles, situación que se agrava porque en la cuenca de México no llueve desde octubre pasado. Para paliar la situación, el gobierno de la ciudad y de las entidades vecinas iniciarán mañana una campaña a fin de reducir la generación de partículas, en especial las más peligrosas (PM2.5). Protegerán así la salud de los trabajadores y la población. La campaña incluye regar con agua tratada las áreas verdes y que las familias lo hagan con los árboles plantados en las banquetas de sus viviendas.
Al asumir en 2018 el cargo de gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro anunció como prioridad acabar con la aguda contaminación en la cuenca del río Santiago, en especial en El Salto. Este año sí cumplirá su promesa.
Finalizo con otra buena noticia: las miles de tiendas de conveniencia que existen en el país, próspero negocio de empresarios muy influyentes, a partir del lunes deberán contar con recipientes para depositar la basura que generan, especialmente de comida chatarra.
Varios lectores me dicen que no son ciertas las medidas gubernamentales sobre el medio ambiente que mencioné el lunes pasado, entre ellas, la lucha contra el ruido en la Ciudad de México, la limpieza de sus ríos San Javier, La Magdalena y el Canal Nacional; regular el transporte en motocicleta y reordenar los 329 mercados públicos. Tienen razón. Al igual que las que hoy incluyo, debí publicarlas el 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes. Todos los problemas que he citado siguen vigentes.