Zacatecas, Zac., Por tercer día consecutivo, este jueves ocurrió en el penal de Cieneguillas una riña entre reos en la cual se utilizaron armas de fuego, lo que dejó como saldo un convicto muerto, identificado como Miguel Ángel Plascencia Martínez, así como ocho personas heridas, cinco de ellas graves.

Vecinos y comerciantes instalados en los alrededores del penal de Cieneguillas dijeron haber escuchado al menos 15 detonaciones de arma de fuego de alto calibre provenientes del reclusorio.

Cientos de agentes de la policía estatal preventiva, de la Metropol y de la Guardia Nacional ingresaron a la cárcel para contener la pelea. Fuera, decenas de familiares de presos exigían información sobre sus parientes. Cinco ambulancias con internos lesionados salieron rumbo al Hospital General de Zacatecas y al Hospital General del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Condena de la CIDH

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó la muerte de 16 personas ocurrida el 31 de diciembre de 2019 en el Centro Regional de Reinserción Social de Cieneguillas, donde también resultaron heridos cinco internos.

En su cuenta de Twitter, el organismo con sede en Washington recordó que al parecer la matanza se debió a una disputa entre cárteles rivales.

La CIDH manifestó su preocupación por la repetición de hechos de violencia involucrando a grupos de internos el 2 enero de 2020, dejando una persona muerta y cinco lesionadas, en el mismo centro.

Según información pública recopilada por el organismo, inspecciones recientes conducidas por las autoridades penitenciarias en el centro de detención no habrían encontrado armas de fuego y la Fiscalía General del Estado investiga el ingreso de dichas armas a la cárcel.

El organismo internacional llamó al Estado mexicano a investigar las muertes de los internos y a tomar las medidas necesarias para garantizar su integridad, recordando su deber de mantener el control de los centros de detención y garantizar los derechos fundamentales de las personas privadas de la libertad.

Mientras, en el municipio de Río Grande, 120 kilómetros al noroeste de la capital de Zacatecas, ayer arribó un comando del cártel de Sinaloa en un convoy de 15 camionetas que recorrió la cabecera municipal a baja velocidad. Comercios cerraron sus puertas, al temer que la organización criminal pretenda cobrarles cuotas por operar.