En las canchas del balompié donde reina la hipermasculinidad, once jugadores portan en su uniforme la bandera de la diversidad sexual con el bordado de una rosa, al tiempo que se presentan con el nombre de Club Muxes, en honor a la comunidad de hombres que en Oaxaca asumen roles atribuidos a mujeres.

Somos el primer equipo incluyente, pero queremos demostrar que sin importar el género lo que debe destacar es la calidad en la cancha. Claro que hemos pasado discriminación e insultos, pero lo enfrentamos con la cabeza fría porque damos un ejemplo de la tolerancia, explicó Marco Almaraz, jefe de comunicación del plantel.

En la región zapoteca del istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, se acepta la homosexualidad con la denominación muxe, que se refiere a los hombres que adoptan características femeninas tanto en lo social como en lo sexual.

Inspirados en esta cultura, el empresario Geremías Oleta creó hace un año al Club Muxes con el propósito de fomentar la inclusión sexual en el futbol. El equipo juega de manera amateur en una categoría libre, con futbolistas mayores de 19 años de edad y en su mayoría pertenecientes a la comunidad lésbico, gay, bisexual y transgénero, aunque también tenemos heterosexuales porque somos incluyentes.

Con la misma premisa crearon el equipo juvenil con jugadores de 15 a 18 años de edad para competir como semiprofesionales en la Liga Nuevos Talentos de la Cuarta División. El club dará en agosto otro paso hacia el profesionalismo al participar en la Tercera División afiliado a la Federación Mexicana de Futbol.

Los insultos discriminatorios no han faltado, como el grito de maricones, lamentó Almaraz, pero los resultados que han obtenido en la cancha –llegar a los cuartos de final con el club juvenil– fueron clave para callar a los rivales.

El proyecto es un llamado a la sociedad y al futbol mundial, sabemos que han existido jugadores que fueron rechazados por sus preferencias sexuales. Por eso, usamos el hashtag #PorUnDeporteSinEtiquetas, porque luchamos por una inclusión, detalló.

Además, el equipo tiene un sicólogo deportivo que ayuda a los jugadores, sobre todo de la juvenil, para sobrellevar las burlas por representar un equipo que porta la bandera de la diversidad sexual, indicó el entrenador Luis Araujo, quien trabajó en los clubes de Atlante y Pachuca.

Es un grupo donde podemos demostrar las múltiples maneras de ser hombre, dijo el delantero Edén, bailarín egresado del Inba y quien reconoce de manera abierta su bisexualidad. Es importante que haya estos proyectos en lo profesional, porque visibiliza la diversidad y puede inspirar.