Lunes 23 de diciembre de 2019, p. 30
Madrid. Un estudio de sicólogos clínicos de la Universidad de Kansas (Estados Unidos) sugiere que el consumo de azúcares agregados, comunes en alimentos propios de la Navidad, puede desencadenar procesos metabólicos, inflamatorios y neurobiológicos relacionados con enfermedades depresivas, de acuerdo a lo publicado en la revista Medical Hypotheses.
Junto con la disminución de la luz en invierno y los cambios en los patrones de sueño durante las fies-tas, el alto consumo de azúcar podría provocar una tormenta perfecta
que afecta negativamente a la salud mental, advierten.
Para muchas personas, la exposición reducida a la luz solar durante el invierno alterará los ritmos circadianos, interrumpirá el sueño saludable y empujará de 5 a 10 por ciento de la población a un episodio completo de depresión clínica
, señala Stephen Ilardi, profesor asociado de sicología clínica de la Universidad de Kansas.
Ilardi, coautor del estudio con los estudiantes de posgrado de KU Daniel Reis, Michael Namekata, Erik Wing y Carina Fowler, apunta que estos síntomas de depresión de inicio en el invierno
podrían llevar a las personas a consumir más dulces.
Una característica común de la depresión de inicio en el invierno es el ansia de azúcar, precisa; por lo tanto, tenemos que hasta 30 por ciento de la población sufre síntomas de depresión de inicio en el invierno, lo que hace que anhelen los carbohidratos, y ahora se enfrentan constantemente con dulces navideños
.
Ilardi asegura que evitar el azúcar dietética adicional podría ser especialmente complicado porque el azúcar ofrece un impulso inicial del estado de ánimo, lo que lleva a algunas personas con enfermedades depresivas a buscar su elevación emocional temporal.
Cuando consumimos dulces, actúan como una droga, insiste. Tienen un efecto inmediato de elevación del estado de ánimo, pero en dosis altas y a largo plazo pueden tener la consecuencia paradójica de empeorar el ánimo, reducir el bienestar, elevar la inflamación y causar aumento de peso
.
Los científicos llegaron a sus conclusiones analizando una am-plia gama de investigaciones sobre los efectos fisiológicos y sicológicos del consumo de azúcar, incluidos los estudios de Observación de la Iniciativa de Salud de las Mujeres, el de Dieta y Salud de NIH-AARP, sobre graduados universitarios españoles, y el de Bebedores de refrescos australianos y chinos.
Ilardi advierte que podría ser apropiado tener en cuenta el azú-car añadido, en niveles suficientemente altos, como física y sicológicamente perjudicial, igual que beber demasiado licor.