El incontenible incremento en las rentas en el perímetro B del Centro Histórico está expulsando a pequeños comercios tradicionales, como fondas, papelerías, dulcerías, tiendas de abarrotes, librerías y cafés Internet. Algunos establecimientos que pagaban 20 mil pesos se les pretende cobrar 40 mil y en otros casos las rentas por espacios más modestos se están elevando mucho más.

Generalmente los sustituyen negocios que pueden pagar rentas muy altas, pero muchas veces sólo durante pocos meses, porque no tienen éxito, afectando con ello a pequeños comerciantes y empleados que por décadas se mantuvieron en la zona ofreciendo sus servicios con relativo éxito.

Esos nuevos comercios son, entre otros, restaurantes y cafeterías que cobran precios elevados, pero con un menú reducido, alimentos y bebidas de calidad mediocre y decoración moderna, comentaron oficinistas que laboran en los alrededores.

En calles como Independencia, negocios que habían permanecido durante muchos años y que formaban parte del atractivo de esa avenida han reducido su espacio o han cerrado, teniendo que ceder su lugar a los nuevos comercios.

Así ha ocurrido con una antigua librería de la zona, con una tradicional tabaquería y dulcería y uno de los principales cafés Internet, establecida desde hace años en esa calle y ubicado cerca de grandes edificios de oficinas, como la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Mi patrón tuvo que cerrar su negocio de papelería e Internet, que se mantuvo por más de 20 años, porque querían subirle la renta a más del doble. Iban a ser como 40 mil pesos, comenta Alfredo, dependiente de ese pequeño establecimiento, quien junto con otras cuatro personas se ha quedado sin empleo al cerrar el comercio.

Al final lo útil y económico dejó su lugar a lo costoso y superfluo, lamentaron.