La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), sus organismos sectorizados y autoridades ambientales de las entidades, con excepción de Nayarit, hicieron un llamado urgente a los poderes Ejecutivo y Legislativo, así como a los gobiernos estatales, para reconsiderar la distribución de las asignaciones presupuestales e incrementar sustancialmente las destinadas al sector ambiental.

Esta semana la Cámara de Diputados deberá aprobar el proyecto del presupuesto de egresos. Los recursos de la Semarnat desde 2015 han tenido una tendencia a la baja en las asignaciones federales, que para 2020 llega a 56 por ciento respecto a ese año. La situación es similar o peor en la mayoría de entidades estatales. Esta reducción contrasta con la emergencia ecológica y climática que se vive en muchas áreas de nuestro territorio y que repercute en la calidad de vida de la población a mediano y largo plazos, indicaron en un pronunciamiento conjunto.

Advirtieron que la salud de la población urbana y rural, la calidad y seguridad alimentaria, la integridad del patrimonio natural dependen de una política ambiental nacional orientada a la recuperación de suelos fértiles, aire y cuerpos de agua limpios, ecosistemas acuáticos y terrestres sanos, así como de su conservación y uso adecuado.

Esto señalaron las dependencias federales y estatales, al considerar que un creciente número de población en el país y en el mundo exige a las esferas públicas y privadas poner freno a la destrucción ecológica y a la crisis climática en el planeta, con acciones urgentes y transformacionales. La riqueza natural y la diversidad biocultural de México nos permitirían avanzar hacia esas metas.

En un pronunciamiento conjunto, acordado el primero de octubre, las dependencias señalaron que el país está devastado tanto social como ecológicamente. Revertir esa situación requiere de un esfuerzo descomunal de regeneración por parte de los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal), de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial y de todos los sectores de la sociedad.

Agregaron que no sólo se necesita restaurar los tejidos sociales, tanto urbanos como rurales, sino simultáneamente recuperar los ecosistemas, procesos ecológicos y salud ambiental severamente dañados o deteriorados a escala local y regional. No es posible pensar en una salida de la pobreza y la marginación, ni en mejorar los niveles de bienestar de la población en su conjunto sin una restauración ecológica y ambiental del territorio y viceversa.