La Paz. El presidente Evo Morales ganó la relección presidencial en Bolivia, según resultados oficiales emitidos ayer, en unos comicios marcados por un polémico conteo de votos que desató manifestaciones y denuncias de fraude de la oposición y observadores internacionales que exigen una segunda vuelta.

Con 99.99 por ciento de votos escrutados, Morales ganó su cuarta mandato con 47.07 seguido del opositor Carlos Mesa, con 36.51, de acuerdo con el resultado parcial, pero irreversible, que publicó en su portal el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

La ley contempla que para ganar en primera vuelta un candidato debe obtener 50 por ciento de votos más uno, o lograr 40 por ciento, y tener una diferencia de al menos 10 puntos sobre el segundo.

El TSE informó que se repetirá la votación para presidente el 3 de noviembre en cinco mesas de la región amazónica de Beni por irregularidades que representan 0.01 por ciento del total, lo que no modificaría el resultado, pero sí demoraría el anuncio oficial del ganador.

Las protestas comenzaron luego de que el conteo oficial de votos se paralizó casi 24 horas a partir de las últimas horas del domingo. Entonces, Morales pronosticó que su partido, el Movimiento al Socialismo, obtendría un triunfo en primera ronda gracias al voto rural que faltaba por contabilizar y cuando los datos iniciales indicaban que tendría que ir a segunda vuelta en su búsqueda de un cuarto mandato consecutivo.

Mesa, a su vez, proclamó que habría segunda vuelta y cuando se reanudó la transmisión de resultados, atribuyó el cambio de tendencia a un fraude.

Durante una sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) solicitada por Bolivia para que su canciller, Diego Pary, informara sobre el proceso electoral, Almagro contó ayer que el propio Morales le formuló durante una llamada telefónica la invitación a que el mecanismo regional realizara una auditoría del cómputo oficial.

La secretaría general entiende que si el Tribunal Supremo Electoral invita a esta organización a realizar trabajos para verificar la legitimidad, entonces no deberían considerarse estos resultados como legítimos hasta que finalice el proceso de auditoría solicitado, expresó Almagro.

Más tarde, en Twitter, reiteró el pedido de segunda vuelta que hizo el miércoles la misión electoral de la OEA desplegada en Bolivia.

El embajador estadunidense ante el organismo hemisférico, Carlos Trujillo, también respaldó la necesidad de una segunda ronda.

El jefe de la diplomacia boliviana cuestionó el reporte de la misión electoral de la OEA, al señalar que “no recoge la información con la ecuanimidad que corresponde a una misión de esta naturaleza.

Si el resultado final dice que vamos a segunda vuelta, iremos, pero si el cómputo oficial dice que no, vamos a respetar y vamos a defender, afirmó Morales en una conferencia de prensa matutina, horas antes de que el TSE emitiera el reporte que descartó otra ronda electoral.

Lamentó que ciertos grupos de políticos desconozcan los resultados que le favorecen, y ante las denuncias de irregularidades desafió: que se demuestre el fraude.

Reprochó al organismo por considerar la mejor opción celebrar una segunda vuelta, antes de que concluyera el conteo oficial. No quiero creer que la misión de la OEA está con el golpe de Estado, dijo al reiterar la denuncia que formuló un día antes, cuando equiparó la huelga y las protestas opositoras con un alzamiento en su contra.

El ministro de Justicia, Héctor Arce, señaló que el ganador no puede estar en discusión. Ninguna presión interna o externa puede condicionar la realización de una segunda vuelta que no esté establecida en la Constitución.

Opositores continuaron con un paro general indefinido, bloquearon carreteras y se enfrentaron con seguidores de Morales, mientras Mesa reiteró su llamado a una segunda vuelta debido al fraude.

La Unión Europea, Estados Unidos, Brasil Argentina y Colombia se sumaron al pedido de la OEA para que Bolivia vaya a una segunda ronda electoral, aunque no sea necesario.

Venezuela celebró la victoria de Morales y llamó a la comunidad internacional a respetar el resultado.