En días recientes, la Suprema Corte de Justicia de la Nación comenzó a analizar un proyecto que por primera vez declara inconstitucional la custodia preferente de las madres sobre los hijos, en casos de divorcio donde no hay un convenio para compartir los cuidados de los menores de edad y así evitar posibles abusos contra éstos y contra los padres de los mismos.

Uno de esos casos de posible abuso es el de Édgar Iniestra Quintanilla, cuyo hijo de siete años de edad fue enviado con su madre por una juez de la Ciudad de México, a pesar de las evidencias de que la progenitora del menor hace dos años decidió dejarlo con su padre y que ha sido negligente en el cuidado del pequeño.

En entrevista con La Jornada, la abuela del menor, María Trinidad Quintanilla, explicó que en 2017 la madre del niño le explicó al padre de éste que ya no estaba a gusto en su relación, por lo que había tomado la decisión de irse de la casa que ambos compartían y dejar al menor para que él lo cuidara. Para prevenir un eventual reclamo, el padre del niño levantó un acta ante el Ministerio Público.

Sin embargo, poco después la madre solicitó la guardia y custodia de su hijo, además de exigir una pensión alimenticia por parte del padre, y alegó que había dejado su casa por ser víctima de violencia doméstica, aunque la demanda por este tema no procedió porque la mujer no presentó pruebas para sustentarla.

Aunque durante un tiempo la custodia del niño se alternó entre ambos padres, en mayo de 2018 la jueza Cristina Espinosa Roselló, titular del juzgado décimo en materia familiar, ordenó que la guardia y custodia del menor se otorgara únicamente a la madre, con el argumento de que el padre no tenía un vínculo con su pequeño, dejando a un lado cualquier prueba o alegato del progenitor.

Los extraño y me quiero regresar, ha dicho el niño

Unos meses después, en las pocas veces que la madre aceptó que su ex pareja se hiciera cargo del niño, la abuela de éste y otros familiares se dieron cuenta de que el menor tenía una lesión en los dientes que se había generado desde hacía varios meses, y que presentaba una inflamación en el estómago, generada aparentemente por una enfermedad en el hígado que no ha sido tratada.

En dibujos hechos por el menor durante las audiencias –de los cuales este diario tiene una copia– se aprecia que el niño le escribe a su familia paterna: Los extraño y me quiero regresar y los quiero mucho, nunca los dejaré, pero esos elementos han sido descartados por la juez Espinosa Roselló, a quien el padre del menor acusa de actuar de manera parcial.

“Ellos (los jueces) dicen que defienden mucho a las mujeres y estoy totalmente de acuerdo, pero no sé si por flojera o por carga de trabajo, dicen siempre ‘que se vaya (el menor) con su mamá’. Piensan que los hombres no van a dedicar tiempo a los niños porque trabajan, pero estamos en una época donde las mujeres también lo hacen”, subrayó Quintanilla.

De acuerdo con Margarita Montes de Oca, especialista en diagnósticos y manejo de pruebas sicológicas, “la idea de las ‘madres abnegadas’ que nacen con aureola o con capacidad innata para la maternidad es un mito”, pero los peritajes en donde se decide con quién van a permanecer los menores no toman en cuenta este factor y por lo tanto no cumplen con su deber de ayudar al juez a impartir justicia de manera adecuada.