Ante la crisis que se vive por el cambio climático, que provoca pérdida de rendimientos agrícolas en 30 por ciento y hay la previsión de que, a los 2 mil millones de personas que carecen de agua, se sumarán 300 millones, es urgente establecer medidas de adaptación al calentamiento global.

México es un país en alto riesgo y los más afectados serán las mujeres, grupos indígenas y personas pobres, señaló Martha Delgado, subsecretaria de Asuntos multilaterales y derechos humanos de la cancillería, en el contexto de un informe que presentará hoy la Comisión Global de Adaptación, presidida por Ban Ki Moon, en el que se hace un llamado urgente a la acción y a tener el mismo nivel de ambición en la adaptación y en la mitigación de gases de efecto invernadero.

Sólo en México se han reportado daños por 424 mil millones de pesos y 33 millones de afectados por desastres naturales de 2000 a 2016, informó Rodolfo Godínez, de la unidad coordinadora de Asuntos Internacionales de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. En conferencia de prensa, Delgado explicó que además de la crisis climática está la migratoria, hay refugiados ambientales.

Los temas socioeconómicos, la violencia y el cambio climático también son causas de migración. Se ha dado un cambio, que enfrenta la administración actual, en el perfil de los migrantes que pasan por México.

El país no estaba preparado para recibir niños que viajan solos, mujeres y familias; antes sólo viajaban jóvenes del campo, explicó.

Consideró que existe una contradicción, pues en el régimen internacional del cambio climático hay rezago en la adaptación, respecto a la mitigación, se invierte más en reducir gases de efecto invernadero.

Apuntó que entre los exhortos que se presentan en el Informe sobre adaptación están: cambiar de fondo la toma de decisiones, una revolución que incorpore temas de ciencia y conocimiento y que se reconoce que el costo de la no adaptación es mayor que hacerla.

Omar Vidal, de la Comisión Global de Adaptación, detalló que se busca elevar el perfil político de este tema, la comisión se enfocó en definir por qué hay un imperativo ambiental, económico, moral. Esto último es debido a que se afecta a los más vulnerables y a las minorías, indígenas, mujeres y más pobres.

Aseveró que se requiere una revolución ahora y buscar soluciones que se fundamenten en la naturaleza. Por ejemplo, proteger los manglares, que constituyen una barrera contra los huracanes.

Entre las acciones de adaptación están hacer investigación en alimentos para desarrollar semillas resistentes, la planeación distinta de edificios, pintar los techos de blanco, que la gente no habite cauces de ríos, desarrollar sistemas de alerta temprana y hacer una migración planeada de zonas donde la gente ya no podrá habitar, explicó Adriana Lobo, del Instituto de Recursos Mundiales.