Desde hace más de 15 años se sabe que no hay un gen gay, sino varias secuencias genéticas, una base biológica que puede incidir, sin ser determinante, en la orientación sexual, enfatizó Eusebio Rubio-Aureoles, fundador de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual, luego de darse a conocer un nuevo estudio científico que confirma que en la orientación sexual influyen múltiples zonas del genoma.

En entrevista, reconoce que el trabajo hecho por investigadores de Europa y Estados Unidos, con información de medio millón de personas, lo convierte en uno de los estudios más completos, pero también más complejos y técnicos, por lo que no es tan sencillo explicar sus resultados. Sin embargo, enfatizó, lo que está mostrando es que hay una base genética compleja, pero real, que participa en la conducta homosexual, que no es lo mismo que la orientación ni la identidad.

Si bien aclaró que deben debatirse aspectos metodológicos del estudio, como sólo preguntar a quienes participaron si han tenido o no relaciones sexuales con personas de su mismo sexo, lo que puede ocurrir sin tener una orientación sexual distinta a la heterosexual, enfatizó: Quien piensa que la orientación sexual es una cosa elegida o producto de un trauma sicológico, se hace eco de teorías científicas que datan de hace 80 años, y necesita actualizarse.

Rubio-Aureoles, ex presidente de la Asociación Mundial para la Salud Sexual, señaló que además del activismo social y la lucha de múltiples colectivos de la diversidad sexual por sus derechos, muchos de los cambios legales que se han vivido en el mundo, incluido México, también se deben al conocimiento científico que se ha ido generando en estos años, y lo que esta información está confirmando es que la presencia de información genética sí aumenta la posibilidad de que la persona tenga una conducta homosexual.

Aunque subrayó que el estudio es contundente en que si bien existe una base biológica, ésta no es predictiva, no todos los que tienen estas secuencias genéticas o sus particularidades tienen un cien por ciento de predictibilidad.

El proceso de aparición de la orientación sexual, explicó, es resultado no de una elección o de la consecuencia de un trauma ni del convencimiento o de que alguien te sedujo para ir por el mal camino, sino de un proceso de reconocimiento de una vivencia interna. Diversos estudios muestran muy claramente que lo que ocurre con la orientación sexual, es decir, lo que nos hace reaccionar eróticamente, está programado en el cerebro más allá de la conciencia.

Lo que sucede, agregó, es que la persona reconoce estas atracciones muy temprano en la vida, a la edad de 6, 7 u 8 años, a veces antes, y el proceso de creación de una identidad sexual gay o lesbiana, es resultado de ir reconociendo la vivencia interna con los marcos de identidad que se van ofreciendo en la sociedad.