La reducción a la proyección de crecimiento de la economía que hizo el Banco de México (BdeM) está relacionada con visiones diferentes que tienen los tecnócratas a quienes obsesionan las cifras, aseveró el presidente Andrés Manuel López Obrador. Si bien dijo ser respetuoso de esa postura añadió que “el dato de crecimiento económico a mí no me dice mucho (…) A mí me importa que el crecimiento vaya acompañado del bienestar, que se distribuya el ingreso, la riqueza”.

En respuesta a las modificaciones que hiciera el BdeM, que ahora ubicó la estimación entre 0.2 y 0.7 por ciento, López Obrador valoró: puede ser que una empresa o dos o tres, o cinco o 10 o un grupo de empresas o de bancos tengan muchas ganancias, pero ese dinero no beneficia a la gente. Me interesa mucho la economía popular, lo que más me importa es que la gente tenga para satisfacer sus necesidades básicas, eso es lo que más importa.

López Obrador sostuvo que hay dos factores que han impactado positivamente para mejorar la economía popular: el incremento en las remesas, estimadas en 35 mil millones de dólares para 2019, y la distribución de recursos a través de los programas del bienestar.

Y si bien agradeció las inversiones anunciadas por el sector privado que ascienden a 30 mil millones de pesos, consideró que no es sinónimo de bienestar porque al final de cuentas ese dinero ni siquiera le llega a la gente o en muchos casos tampoco se queda en México. Sin embargo, en las proyecciones de crecimiento eso es lo que miden, el crecimiento en el dinero que se va a acumulando.

Entonces, si el Banco de México, los expertos o las calificadoras –porque tienen otros parámetros– dicen que va mal la economía, pues los tengo que respetar, sencillamente son visiones diferentes. Yo ya no quiero nada con el neoliberalismo porque resultó ese modelo un rotundo fracaso. Entonces, estamos en el periodo posneoliberal.

En otro orden, confió que la oleada de amparos que fueron promovidos contra el aeropuerto en la base militar de Santa Lucía se resuelvan a corto plazo para que se puedan cumplir las fechas para su construcción. Más de 100 amparos se promovieron como parte de un sabotaje legal “para buscar el fracaso o bien que se caiga en la provocación y que nos lanzáramos en contra del Poder Judicial para poder decir: ‘Ya ven, ahí está el autoritarismo’. No, llegamos aquí para construir una auténtica democracia, no una dictadura, no tenemos nosotros afanes autoritarios”.

López Obrador informó que tras el acuerdo alcanzado con las empresas constructoras de gasoductos, la secretaría de Gobernación ha iniciado negociaciones en Sonora y en Morelos, donde existen problemas para concluir otros gasoductos.

Sobre la termoeléctrica de Huexca reconoció que en su momento pudo tratarse de un proyecto impuesto, pero ahora que sólo falta la construcción de 100 metros no puede dejarse, porque ya se invirtieron más de 20 mil millones de pesos.