n octubre de 2012 el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) ofreció la primera retrospectiva de Carlos Cruz-Diez, creador del cinetismo. El color en el espacio y en el tiempo, la llamaron y se inte-gró con 120 obras realizadas desde 1940: pinturas, dibujos, serigrafías, estructuras y ambientes cromáticos, maquetas y un video sobre sus proyectos de intervenciones urbanas.

Esa magna muestra permitió conocer la extensa producción de un artista central para el arte del siglo XX, gracias a sus contribuciones teóricas y plásticas sobre la percepción del color, concebido como una realidad autónoma que se modifica en el tiempo y en el espacio real, sin ayuda de la forma. Según su perspectiva, el color depende del movimiento del espectador frente a la obra y conlleva una experiencia participativa.

Carlos Cruz-Dieznació en 1923 en Caracasy murió recién en París. Condecorado con la Legión de Honor de Francia, sus obras están expuestas en los museos más importantes del mundo.

También las hay en colecciones privadas mexicanas. Don Fernando Gamboa lo dio a conocer en nuestro país, cuando dirigía el Museo de Arte Moderno.

Carlos Torres, el artis-ta mexicano que vive desde 1974 en París, trabajó una década en su taller, lo cual fue clave para su formación pictórica y entender a esa ciudad. Cuenta que Cruz-Diez a diario se cuestionaba lo que era crear, la importancia del análisis yla perseverancia en todo loque hacía.

Era, añade, ‘‘extremadamente meticuloso y organizado. En su taller cada herramienta tenía su lugar y así lo exigía la precisión de su trabajo. Poseía un fantástico sentido del humor, una granlucidez del mundo en el que vivía y un profundo conocimiento de la evolución del arte. Era enriquecedor conversar con él sobre pintura, música o cine’’.

Torres nos cuenta que recibía con el mismo calor humano a becarios perdidos que a ministros y directores de museos. Poseía y practicaba una gran ética moral y el amor por la familia y los amigos fue una constante en su vida.