Una Cofepris para los pobres
n materia de salud, no hay nada mejor para la población que contar con medicamentos de calidad a precios competitivos. Si esto se logra, tanto las personas que adquieren medicinas en las farmacias como las que acuden a la seguridad social recuperan la salud lo más pronto posible.
La institución encargada de que los medicamentos cumplan con la calidad adecuada para su distribución y venta en México es la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), dirigida por José Novelo Baeza, y es muy importante que funcione bien en beneficio de los pobres.
La Cofepris tiene en sus manos la aprobación de los registros de la industria farmacéutica. Si actúa en tiempo y forma, puede salvar millones de vidas, pero si por burocracias, desconocimiento o un apoyo ilegítimo a los laboratorios trasnacionales se rezaga la aprobación de permisos, como actualmente sucede, la población se queda sin los medicamentos que necesita, ya que los de patente son mucho más caros y la población mayoritaria no tiene acceso a esos productos.
En estos momentos hay un rezago de 22 mil 500 registros de la industria farmacéutica, lo que genera un alto costo para la seguridad social y, en general, para todos los mexicanos. La aprobación de un genérico, con las mismas especificaciones químicas que los de patentes, cuesta en el mercado nacional hasta 80 por ciento menos que el producto original, y su aprobación está en manos de la institución que dirige Novelo.
Para ponerlo en pesos y centavos, de cada 100 pesos que se gasta una persona o una institución de salud en la compra de un medicamento de patente, cuando se aprueba el genérico correspondiente se ahorra hasta 80 pesos. Esto significa, por ejemplo, que el Seguro Social, al adquirir el mayor número de genéricos pagaría cientos de millones de pesos menos en ese rubro y podría atender hasta cuatro veces más pacientes que por ahora no pueden ejercer el derecho a la salud.
José Novelo Baeza tiene que resolver este problema que afecta directamente a la mayoría de los mexicanos y que, en contraparte, beneficia a los intereses extranjeros, a los que entrega en charola de plata los pocos recursos con que cuenta la seguridad social de la población.