Bogotá. El líder social José Orlando Ordóñez, de 29 años, fue asesinado ayer mientras estaba en una obra en la que trabajaba como maestro de construcción, con lo que son más de 700 dirigentes asesinados en Colombia desde 2016.

Ordóñez, precandidato al Concejo Municipal de Toro por el partido Cambio Radical, fue víctima de varios impactos de bala, informó la policía de Valle del Cauca, suroeste del país. Un hermano de la víctima manifestó que el líder social no recibió amenazas previas, reportaron las autoridades.

Hasta el momento se desconocen las causas del asesinato y se investiga si está relacionado con temas políticos, cuando restan tres meses para las elecciones regionales en este país.

Más de 750 líderes fueron asesinados desde 2016 por defender los derechos de las comunidades a la vida digna, a la preservación de sus territorios, a la protección de los ecosistemas, al cumplimiento del acuerdo de paz y a la restitución de tierras, tuiteó Iván Cepeda, senador del Polo Democrático Alternativo.

En tanto, dos militares murieron y nueve quedaron heridos en una emboscada atribuida a guerrilleros disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el suroeste de Colombia, en un balance actualizado por el ejército.

Compromiso de Duque

Horas antes, el ministro de Defensa, Guillermo Botero, informó sobre la muerte de cuatro soldados y la desaparición de igual número en el ataque, ocurrido la noche del jueves pasado en el municipio de Cumbitara, departamento de Nariño, cerca de la frontera con Ecuador.

Pero las tropas de apoyo que llegaron al lugar revisaron a la baja la cifra de muertos y descartaron desaparecidos. En este contexto, el presidente de Colombia, Iván Duque, solicitó al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas prorrogar por un año la Misión de Verificación que supervisa la puesta en marcha del acuerdo de paz con la ex guerrilla de las FARC y reiteró su compromiso de detener los asesinatos de líderes sociales.

Duque hizo la petición tras fracasar este año en su intento de modificar, por vía legislativa, algunos puntos del pacto firmado en 2016 que acabó con un levantamiento armado de medio siglo, con ocho millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.

El presidente del consejo, el peruano Gustavo Meza, reconoció los desafíos que aún enfrenta el fin del conflicto con las FARC, pero saludó el compromiso de Duque.