l próximo lunes se cumplirá un año de la arrasadora victoria electoral de Andrés Manuel López Obrador, quien ese mismo día inicia su octavo mes como Presidente de la República. El mandatario ya anunció que en esa fecha habrá huateque en el Zócalo de la Ciudad de México y muchos discursos conmemorativos.

Pero la ocasión se presta para hacer una suerte de corte de caja que incluye logros y resbalones en siete meses de gobierno. En este contexto, el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) considera que, a siete meses del inicio de su gestión, la estrategia del gobierno de López Obrador debe realizar ajustes relevantes, pues de otra manera la magnitud de una desaceleración económica subestimada, la precarización del mercado laboral y las presiones de Estados Unidos se conjugarán con la inercia heredada para frenar el alcance de su gestión.

A juicio del IDIC, de cuyo análisis se toman los siguientes pasajes, a un año de la victoria electoral existen tres elementos a considerar por la administración de López Obrador para revertir algunas tendencias que generan elevados costos a una sociedad que ya ha vivido fuertes restricciones a lo largo de las últimas cuatro décadas. Entre ellas, desaceleración sistémica de la economía mexicana; precarización estructural del mercado laboral; y la presión que Trump ejerce sobre México de manera perenne, en busca de su reelección.

El primero de dichos elementos puede truncar los objetivos de la 4-T, toda vez que su planeación estratégica se enfocó en los ejes político y social, dejando en un segundo plano el aspecto económico y el de las relaciones con Estados Unidos. Se estimó que con el anuncio de que se mantendrían finanzas públicas contablemente sanas bastaría para dar certidumbre a los grupos financieros y a la inversión. No fue así.

En abril pasado la tasa de crecimiento anual del IGAE fue de 0.3 por ciento, de tal forma que el promedio de crecimiento en los primeros cuatro meses de 2019 se mantiene en 0.4 por ciento, similar al que se contabiliza desde diciembre de 2018. Para abril, los principales sectores productivos se encuentran por debajo de su capacidad potencial y en el caso de la actividad industrial ya se observa una contracción estructural de dicha capacidad.

Por el lado de la precarización del mercado laboral, las cifras de empleo reportadas por el IMSS para el mes de mayo causaron controversia: la generación de empleo fue de solamente 3 mil 983 nuevos registros netos, cantidad que se traduce en estancamiento. Para el gobierno federal la información fue adversa, porque uno de sus objetivos centrales es elevar el nivel de bienestar, el problema es que lo busca lograr con gasto social y no a través del mecanismo que ha sido exitoso a nivel mundial y a lo largo de la historia: crecimiento económico.

La presión de Trump está presente todos los días. La estrategia de la 4-T estimaba que con el acuerdo del T-MEC se tenía tiempo para atender la agenda doméstica. Se olvidó que el presidente estadunidense instrumenta un cambio geoestratégico que pretende recapturar parte de los procesos productivos, de innovación y financieros que salieron de su país. México olvidó que ya no existe el libre comercio; ahora es un comercio internacional administrado… por el vecino del norte.

Así, a México le urge un programa emergente de reactivación económica basado en las capacidades productivas internas; de otra forma, la 4-T podría ver afectado su plan estratégico. La fuerza combinada de la desaceleración económica, la precarización del mercado laboral y de las presiones estadunidenses puede provocar el colapso de la planeación e instrumentación de los programas del presidente López Obrador.

Las rebanadas del pastel

En el borde, pero la inflación anual (corte a la primera quincena de junio) de nueva cuenta se ubica dentro del rango del Banco de México. Habrá que ver, pero en vía de mientras el índice de precios de la canasta básica se redujo 0.18 por ciento y la tasa anual se ubicó en 3.59 por ciento.

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