Zacatecas, Zac., Cinco elementos de la Policía Ministerial Investigadora (PMI) provocaron la muerte de Marcos García Benavídez, de 30 años, el 10 de abril en las instalaciones de la Unidad Académica de Derecho (UAD) de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), afirmó Víctor Manuel Guerrero García, titular de la Dirección General de Servicios Periciales (DGSP).

En conferencia de prensa, el funcionario informó que la necropsia determinó que Marcos García murió debido a asfixia por sofocación en su modalidad de compresión torácica y abdominal que le habrían causado los ministeriales al tenerlo esposado en el suelo y colocársele encima. También lo golpearon en distintas partes del cuerpo.

Héctor Martínez de la Cruz, director de la PMI, defendió el proceder violento de sus agentes. Argumentó que García Benavídez cruzó el cordón perimetral dispuesto en torno a una escena de crimen, no atendió los comandos verbales de los uniformados para detenerse e iba armado con una navaja, con la que hirió en un dedo a un policía.

Sostuvo que los agentes actuaron de manera correcta, según las circunstancias del momento, intentaron someterlo manualmente; a mí me parece que actuaron de manera correcta al no utilizar las armas letales (pistolas de cargo) que en ese momento portaban.

El 10 de abril fue caótico en la UAD de la UAZ. La estudiante Anayeli Noemí Delgado Gallardo, de 22 años, empleada del Poder Judicial de Zacatecas, fue acribillada en los pasillos de la institución, no obstante que por haber recibido amenazas de muerte era custodiada por dos integrantes de la Policía Estatal Preventiva, quienes la dejaron sola al momento del ataque. A unos metros, en un salón de la unidad académica, se encontraba el titular de la Fiscalía General de Justicia de Zacatecas (FGJZ), Francisco Murillo Ruiseco.

Los seis ministeriales investigadores que escoltaban al fiscal persiguieron al homicida de Noemí Delgado, pero no lograron darle alcance, según el propio Murillo Ruiseco. Minutos más tarde, Marcos García murió por problemas de insuficiencia respiratoria, se expuso en un comunicado de la FGJZ.

El titular de la DGSP refirió que él escuchó los gritos de García Benavidez cuando era sometido por policías ministeriales. Fue a ver qué ocurría y se encontró con que el joven –quien se dedicaba a la venta y reparación de celulares y por causas desconocidas se encontraba en la UAD– ya estaba inconsciente.

Guerrero García observó que los ministeriales tenían bajo control a Marcos García y se dio cuenta de que no respiraba. Dado que el funcionario es médico, le aplicó maniobras de reanimación, pero al cabo de unos minutos el paciente no respondió. Los peritos del Servicio Médico Forense que se encontraban en el lugar por el caso de Anayeli Noemí levantaron el cadáver de Marcos.

Martínez de la Cruz intentó defender la actuación de sus agentes al asegurar que la muerte del detenido no ocurrió por una falla respiratoria, como dijeron en la primera versión de la misma fiscalía, sino que fue asfixia por sofocación, derivada de la presión que ellos (los policías) generaron en el tórax de Marcos, al grado tal de impedirle totalmente la respiración.

El titular de la DGSP remató: Cuando una persona es controlada de esa manera, muchas veces en el piso, se le tienen que subir y el hecho de que se le suban obviamente ocasionan esa compresión torácica.