Para 2019 la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) fijó un precio objetivo de 19.50 pesos por litro para la gasolina regular o Magna, que incluye el efecto inflacionario; para el diésel, 20.89, y para la Premium, 21.04 pesos por litro. Señaló que actualmente los precios de Magna y diésel están por encima de la inflación.

Ramsés Pech Razo, especialista en temas energéticos, afirmó que el fijar un objetivo al precio de las gasolinas lo que demuestra es que la liberalización del mercado de los combustibles es ficticia y el Impuesto Especial a la Producción y los Servicios (IEPS) se utiliza como instrumento para el control de precios lo que distorsiona el mercado y es utilizado por las autoridades hacendarias también para mantener controlada la inflación.

El mercado libre es una falacia porque el combustible sigue regulado por la SHCP y lo que hace es que sí sube el precio del barril de crudo tendría que subir el precio del combustible porque sube el costo de la materia prima, pero, para que no se pase del precio objetivo, aplica el estímulo. Entonces lo que está haciendo la SHCP es un precio de mercado controlado.

Por su parte, Sergio Benito Osorio experto en materia energética consideró que lo que la SHCP está haciendo es administrar los precios. Ahora, en aras de la transparencia, las autoridades deberían de precisar que si el precio se integra por aspectos como el precio del barril del crudo a nivel internacional, el transporte, el almacenaje y el tipo de cambio, entre otros, debería de informar a cuánto corresponde cada cosa.

Explicó que los consumidores tienen el derecho a saber, porque es un bien que una buena parte produce el gobierno mexicano por conducto de una empresa estatal y otra parte la importa. Entonces no es lo mismo hablar del precio en Tamaulipas o Veracruz que en la Ciudad de México o el Pacífico.

Además, antes los distribuidores obtenían una comisión y eran auditables y hoy no.