Martes 2 de abril de 2019, p. a12
El desarrollo del raquetbol mexicano en las categorías infantiles y juveniles ha sido un proceso que comenzó en 2002 para ser potencia mundial con 13 campeonatos ganados. Referentes como Paola Longoria, Samantha Salas, Monserrat Mejía, Alexandra Herrera, Álvaro Beltrán y Alejandro Landa, entre otros, son la inspiración para las nuevas generaciones, señala Miguel Ángel Perea, presidente de la federación.
A tres meses de los Juegos Panamericanos de Lima, el dirigente está convencido de que aportarán muchas medallas
. Siete de los ocho seleccionados forman parte del proyecto con el que se ha venido trabajando y es la base en un deporte que tiene a 20 mil practicantes en el país.
Nos falta crecer más; el raquetbol tiene mayor impacto en Chihuahua, Baja California, Nuevo León, San Luis Potosí, Jalisco, Querétaro y ya están trabajando Michoacán y Yucatán
, menciona el federativo.
A la espera del presupuesto etiquetado de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte –este año son seis millones de pesos para el programa operativo–, Perea gestiona el apoyo de los raquetbolistas con los institutos estatales y de algunos patrocinadores, sobre todo para aquellos que no están en el fideicomiso Compromiso Integral de México con sus Atletas y cumplir con las competencias hasta donde se pueda.
Tal fue el caso de los seleccionados que acudieron al Grand Slam de Cochabamba, Bolivia, donde Samantha Salas perdió la final, pero lo que más le llama la atención es que ninguno de los experimentados accedió a la zona de preseas.
Más allá de buscar justificaciones por el resultado, tomando en cuenta que Bolivia ha tenido un repunte y con una altitud de 2 mil 570 metros la pelota es más rápida, Perea reconoce que el partido de Salas fue muy cerrado y la medalla de oro se nos fue por un pelito
.
Considera que hay tiempo para mejorar hacia el Campeonato Panamericano de Barranquilla.