Miércoles 21 de noviembre de 2018, p. 14
Si el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirma el nombramiento del abogado conservador Christopher Landau como el próximo embajador en México, estaría enviando un mensaje claro: el traslado de su política diplomática hacia una de mano dura por el nacionalismo, proteccionismo y unilateralismo que lo caracterizan, de acuerdo con internacionalistas.
Fuentes relacionadas con el proceso revelaron a los portales noticiosos estadunidenses Buzz Feed News y Global Americans que el litigante de la firma internacional de abogados Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan se perfila para ocupar la titularidad de la misión estadunidense en México, la cual permanece acéfala desde que la embajadora Roberta Steinfeld Jacobson renunció en mayo.
Según su perfil, Christopher Landau no tiene experiencia diplomática. Durante los últimos 20 años, se ha enfocado en el litigio de apelaciones y es líder reconocido en el campo.
Eduardo Rosales, profesor investigador de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destacó que el nombre del abogado ya había sido contemplado para ocupar un cargo de juez federal. Esto, en un entorno de sustituciones de los togados por perfiles ultraconservadores.
País seguro
Lo anterior, destacó el especialista, en un contexto en que Estados Unidos ha presionado constantemente a México para que ambas naciones firmen el Acuerdo Tercer País Seguro, que convertiría a la República Mexicana en un filtro para migrantes que solicitan la condición de refugiados.
Consultado por separado, Adalberto Santana, investigador y analista internacional de la UNAM, expresó que, de confirmarse el nombramiento de un abogado, se estaría respondiendo a la estrategia que ha empleado Trump de nominar a quien considera que será últil para su política y con ello ganar lealtades.
Esto ocurre en momentos en que el tema migratorio está tensando la relación bilateral en época de transición del gobierno mexicano. Así, dijo, la llegada del éxodo centroamericano a la frontera norte de México será el primer tema internacional y conflictivo con el que el presidente electo Andrés Manuel López Obrador tendrá que lidiar.