Si no se hubiera dispuesto de las fuerzas armadas para labores de seguridad, habría implicado abandonar a su suerte a la población afectada. Y hoy, con la declaratoria de inconstitucionalidad de la Ley de Seguridad Interior (LSI) por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), nuevamente estamos frente a un vacío legal que debe ser subsanado, planteó el presidente Enrique Peña Nieto.

Al iniciar la cuenta regresiva para el final de su mandato y en la ceremonia por el 108 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, el jefe del Ejecutivo recalcó la necesidad de dotar al Ejército y a la Marina Armada de un marco jurídico para regular su participación en tareas de seguridad interior.

Ahí mismo, el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), general Salvador Cienfuegos, ratificó el respeto de los militares a las decisiones políticas, pero éstas, puntualizó, deben ser tomadas con absoluta responsabilidad y mesura.

Frente a la determinación de la SCJN de invalidar la LSI por considerar que el Congreso de la Unión cometió violaciones al proceso legislativo y entre otras anomalías buscó normalizar la participación de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública, apartándose de los tratados y las leyes que en materia de derechos humanos limitan a casos excepcionales su intervención, el presidente Peña Nieto radicó en la nueva Legislatura y en el gobierno que se iniciará en breve, la responsabilidad de dar la certeza necesaria para la actuación de los cuerpos militares en materia de seguridad interior.

No sólo el Peña se refirió a esa si­tuación. Cienfuegos ofreció mantener el cumplimiento –como hemos hecho– al mandato del comandante supremo de las fuerzas armadas y su apego a la Constitución.

Esa actuación será, sin protagonismos ni pretensiones políticas y sin mayor interés que el bien superior de la patria porque –insistió– la conducta de lealtad de los cuerpos militares no tiene distingos de colores partidistas, porque nuestro único partido es México, indicó el alto mando del Ejército.

En uno de los últimos actos públicos ante las tropas que comanda y de integrantes de la Marina, el titular de la Sedena les reconoció su disciplina, capacidad de mando y vocación de servicio, pero admitió que algunos han palpado de cerca la dureza de la lucha contra la ­delincuencia.

Quienes han participado en esas tareas han tenido que tomar sus propias decisiones y afrontar las consecuencias de las mismas. Han tenido que soportar en algún momento la incomprensión y el señalamiento infundado e injusto o, a propósito, tergiversado.

Tanto en la Marina como en la Defensa, añadió, nos sentimos satisfechos, orgullosos del trabajo que han realizado ustedes y muchos compañeros más en todo el territorio nacional. Hoy, las fuerzas armadas se mantienen como las instituciones más confiables y apreciadas por los mexicanos, gracias a esa entrega.

Fue también una ceremonia la de ayer en el Campo Marte donde de nueva cuenta los altos mandos militares, más el general de división ascendido Jens Pedro Lohmann, elogiaron al presidente Peña Nieto. Le agradecieron entender las realidades y compromisos ­institucionales.

El almirante Vidal Francisco Soberón, titular de la Secretaría de Marina, aseguró en su mensaje que hoy más que nunca, el país precisa de nuestros actos, de nuestra institucionalidad y de nuestra suma lealtad.