A partir de datos biométricos del padrón electoral se ha confirmado la identidad de alrededor de 600 cadáveres (correspondientes a poco menos de 2 por ciento del registro de desaparecidos en el país), señaló el titular del Registro Federal de Electores (RFE) del Instituto Nacional Electoral (INE), René Miranda.

Los hallazgos anteriores corresponden al paso final de un trabajo de validación, con la base de datos del INE, para el análisis –hasta ahora– de 5 mil 400 registros dactilares de personas no localizadas.

El secretario ejecutivo del INE, Edmundo Jacobo, destacó la colaboración de este organismo ante la tragedia nacional de miles de cadáveres no identificados.

Durante el foro Agenda digital y en entrevista posterior, funcionarios del instituto comicial defendieron la existencia del padrón electoral no sólo como una herramienta para votar, sino como el banco de datos biométricos más robusto del país que expande su uso. Lo que dio inicio hace 28 años como un asunto temporal, ahora es una función creciente del INE.

“¿Les suena la estafa maestra?”, comentó en torno a la importancia del cotejo y la presunta creación de empresas fantasma en este sexenio para triangular recursos públicos.

Igualmente, se refirió al uso de mecanismos digitales o aplicaciones para la promoción de candidaturas independientes, consultas populares e iniciativas ciudadanas y otras formas de participación.

Aseguró que el INE tiene capacidad técnica para avanzar hacia el voto electrónico (y no en boleta de papel), pero ese paso requiere no de recursos tecnológicos, sino de voluntad política.

El RFE tiene actualmente – corte al 2 de noviembre pasado– los datos de 91.2 millones de ciudadanos y la lista nominal (personas con derecho al voto) de 89.8 millones.

Miranda indicó que la utilidad del RFE se amplía y habrá que analizar el tema con el próximo gobierno.

Lo anterior toma relevancia porque generar otro mecanismo de identidad para todos los habitantes del país tardará mucho tiempo. Es conveniente echar mano de lo que ya está hecho, subrayó. Ofreció incluso el trabajo de los módulos del INE para el registro de menores de edad, si se modificara la ley en ese sentido.

Datos biométricos, tanto facial como dactilares, fueron incluidos en la credencial para votar en 2001. Nuestra intención inicial fue depurar la base de datos de votantes (en 6.7 millones de casos se repiten nombres); en 2012 se incorporaron motores de búsqueda y comparación para este universo de 90 millones de mexicanos.

El secretario ejecutivo del INE precisó que además de la colaboración para la búsqueda de personas, son ya 22 instituciones que se enlazan al instituto para verificar la identidad de sus clientes; a diario se hacen más de 60 mil acciones de ese tipo, y en días de promociones comerciales, hasta 200 mil.